miércoles, 24 de mayo de 2006

OBSERVACIONES PRELIMINARES


A. OBSERVACIONES PRELIMINARES

(Extractos adaptados de los libros de Alice A. Bailey "Del Intelecto a la Intuición" y "La Luz del Alma")

El creciente interés actual hacia la Meditación es una evidencia misma de la necesidad mundial que requiere una clara comprensión. Allí donde encontramos una tendencia general en cualquier dirección, focalizada y estable, es posible suponer que surgirá algo que la raza humana necesita en su marcha hacia adelante.

Que la meditación sea considerada, por aquellos que dan una definición aproximada, como un "modo de plegaria", desgraciadamente es cierto. Pero es posible demostrar que con una correcta comprensión del proceso de meditación, y su correcta adaptación a la necesidad de la civilización moderna, puede encontrarse la solución al actual impase en la educación, así como el método gracias al cual se descubrirá la realidad del alma como una certeza para todos -algo vivo que llamamos "Alma" a falta de un término mejor.

A lo largo de los siglos, ha habido una continua progresión en la evolución de la conciencia humana, y un constante crecimiento en el conocimiento de la naturaleza, del mundo en el que vivimos, así como una mayor comprensión del alcance de la noción de Globalidad, puesto que ahora, el mundo entero está conectado por la radio, el teléfono y la televisión. El Hombre es omnipresente y la mente es el principal factor que ha producido este aparente milagro.

"Hemos llegado a un entendimiento de las leyes que rigen al mundo natural y alguna de las que gobiernan el mundo síquico. Las leyes del llamado reino espiritual quedan por ser descubiertas y empleadas científicamente. Pocos las han conocido y hablaron de ellas a la humanidad, pero son utilizadas únicamente por los espíritus precursores de nuestra raza. Entre los pocos que aparecen como conocedores eminentes tenemos a Buda, Cristo, Platón, Aristóteles, Pitágoras, Meister Eckhart, Jacob Boehme, Spinoza - los nombres son muchos".

"¿No es acaso posible que muchos cientos de personas estén en condiciones de coordinar el cerebro, la mente y el alma, para trasponer el portal de la percepción mental hacia el reino de la luz, de la percepción intuitiva y el mundo de las causas?... Los Conocedores dicen que sí, e indican el camino".

Del Intelecto a la Intuición, p. 111

B. ALGUNAS PREGUNTAS PERTINENTES

¿Cuáles son los objetivos de la meditación?

El objeto de la meditación es permitir al hombre ser en la manifestación externa lo que es en la realidad interna, e identificarse con su aspecto alma y no simplemente con sus características inferiores de la personalidad.

... los poderes del alma se desarrollan por medio de la meditación. Cada vehículo, por el cual se expresa el alma (en los planos físico, emocional y mental), contiene latente en sí cierta potencia inherente; pero el alma, fuente de todos ellos, la posee en su forma más pura y sublime...

Los poderes del alma se desenvuelven en forma normal y natural, no porque se deseen o desarrollen conscientemente, sino porque, a medida que el Dios interno ejerce control y domina Sus cuerpos, Sus poderes se manifiestan en el plano físico como potencialidades y son realidades conocidas.

La meditación necesita una preparación muy severa - el testimonio de los místicos e iniciados de todas las edades, pueden corroborarlo. El hecho de que otros se hayan realizado, puede alentarnos e interesarnos, pero únicamente eso, a no ser que emprendamos una acción definida.

Esto implica el desarrollo de la mente como un sentido que se ha sintetizado. el sentido común, rigiendo su empleo en relación con el mundo de la vida terrena, de las emociones y del pensamiento. Involucra también su orientación a voluntad hacia el mundo del alma, y su capacidad de actuar como intermediaria entre el alma y el cerebro físico.

La primera relación se desarrolla y fomenta por medio de los sensatos métodos educativos exotéricos y de entrenamiento. La segunda es posible por la meditación, una forma más elevada del proceso educativo.

Idem, pp. 54/57

¿Puede, cualquiera que lo desee, beneficiarse y dominar la técnica de meditación?

... Debe recordarse desde el comienzo, que el solo anhelo de meditar puede considerarse que indica el llamado del alma hacia el Sendero del Conocimiento. No debemos amedrentarnos si en ciertas cosas esenciales descubrimos que carecemos de las cualidades necesarias. La mayoría estamos más avanzados, mejor equipados y somos más inteligentes de lo que creemos. Todos podemos empezar a practicar la concentración desde ahora, si queremos.

Poseemos una gran masa de conocimientos, de poder mental, de actitudes, que nunca hemos extraído de los reinos del subconsciente, ni hemos llevado a la utilidad objetiva. Quien quiera haya observado los efectos de la meditación, producidos en el principiante, corroborará esta afirmación.

Los resultados del primer paso en la disciplina de la meditación, es decir, la concentración, son a menudo sorprendentes. Las personas se descubren a sí mismas; descubren facultades ocultas y una comprensión que nunca habían aplicado; desarrollan una percepción, incluso del mundo fenoménico, que para ellas es milagrosa; repentinamente registran la existencia de la mente y de que pueden utilizarla, y la diferencia entre el Conocedor y el instrumento del conocimiento se hace cada vez más evidente y reveladora.

Al mismo tiempo se produce una sensación de pérdida. Los antiguos estados de ensoñación, de beatitud y paz, otorgados por la oración y meditación mística, desaparecen, y se experimenta temporalmente un sentido de aridez, nulidad y vacuidad, siendo a menudo desesperante. Esto se debe a que el foco de la atención se ha alejado de las cosas de los sentidos, no importa lo bellas que sean.

Las cosas que la mente conoce y puede registrar, aún no se han plasmado; tampoco el mecanismo sensorio hace su impacto familiar sobre la conciencia. Es un período de transición que debe mantenerse hasta el momento en que el nuevo mundo empiece a impresionar al aspirante. Ésta es una de las razones por las cuales la persistencia y la perseverancia deben desempeñar su parte, particularmente en las primeras etapas del proceso de la meditación.

Uno de los primeros efectos de la práctica de la meditación es comúnmente una creciente eficiencia en la vida diaria, sea en el hogar, en el trabajo o en cualquier campo de la actividad humana. Emplear la mente en los asuntos del vivir es en sí, un ejercicio de concentración y produce notables resultados. Alcance o no el hombre la iluminación final, mediante la práctica de la concentración y la meditación, habrá adquirido mucho y enriquecido grandemente su vida, aumentado mayormente su utilidad y poder y ampliado su esfera de influencia.

Todo aquél que no sea puramente emocional, que tenga una regular educación y esté dispuesto a trabajar con perseverancia, puede emprender el estudio de la meditación con ánimo, empezar a organizar su vida y dar los primeros pasos en el sendero hacia la iluminación, y tal organización constituye uno de los pasos más difíciles. Téngase presente que todo paso inicial es difícil, porque deben neutralizarse hábitos y ritmos de muchos años; pero una vez dados y dominados dichos pasos, el trabajo resulta más fácil.

Se evidencia por lo tanto que la respuesta a nuestra pregunta es:

Primero: Aceptamos la hipótesis de que existe un alma y que esta alma puede ser conocida por el hombre capaz de entrenar y controlar su mente.

Segundo: Con esta hipótesis como base empezamos a coordinar los tres aspectos de la naturaleza inferior y a unificar la mente, las emociones y el cuerpo físico, en un todo organizado y comprensivo. Esto se logra mediante la práctica de la concentración.

Tercero: A medida que la concentración se fusiona con la meditación (acto de concentración prolongada) se hace sentir la imposición de la voluntad del alma sobre la mente. Poco a poco, el alma, la mente y el cerebro, se ponen en armonía. En primer lugar la mente controla al cerebro y a la naturaleza emocional, luego el alma controla a la mente. Lo primero es consecuencia de la concentración; lo segundo, de la meditación.

De esta correlatividad de actividades, el investigador interesado logrará comprender que hay un verdadero trabajo que realizar y que la primera cualidad necesaria es perseverancia... la organización de la vida mental en todo momento y en todas partes, y la práctica regular de la concentración, diariamente a la misma hora si es posible, proporciona la orientación necesaria y estos dos elementos unidos nos garantizan el éxito.

Idem, pp. 121/25



¿Es nececesario retirarse a la soledad a fin de evocar el alma?

Para la mayoría de nosotros no puede ser cuestión de paz y de tranquilidad en medio de la multitud... la solución está en la comprensión exacta de nuestro problema y en el privilegio que tenemos de demostrar un nuevo aspecto de la antigua verdad.

En el milenario Oriente, unos pocos precursores aventureros buscaron la soledad, aseguraron las oportunidades y conservaron las reglas. Protegieron la técnica hasta el momento en que las masas estuvieran preparadas para avanzar en gran número, y no de uno o dos a la vez.

Ese momento ha llegado. En medio de la tensión y agitación del moderno vivir... los hombres y las mujeres pueden descubrir y descubren, el centro de paz dentro de sí mismos y pueden entrar y entran, en ese estado de positiva concentración silenciosa que les permite llegar a la misma meta y obtener el conocimiento de ellos mismos; el lugar de silencio, donde establecemos contacto con la vida del alma, es ese punto dentro de la cabeza donde el alma y el cuerpo se unen...

El hombre que puede entrenarse para estar suficientemente centralizado puede retirar sus pensamientos en un centro dentro de sí mismo, en cualquier momento y en cualquier lugar. Allí se realiza la gran obra de unificación.

Idem, pp. 127/28.

La verdadera concentración nace de una vida concentrada y regida por el pensamiento. El primer paso para el aspirante es empezar por organizar su vida diaria, regularizar sus actividades de manera que su vida esté centrada y sea unilateral. Esto puede hacerlo quien tiene bastante interés en realizar el esfuerzo necesario y es capaz de llevarlo a cabo con perseverancia.

Cuando reorganizamos y ajustamos nuestra vida, ponemos a prueba nuestro temple y la fortaleza de nuestro deseo... Ningún aspirante puede negligir un deber. Cumple mejor con sus deberes hacia su familia y sus amigos, su trabajo y su profesión se desempeñan más completa y eficientemente.

Idem, p. 126

C. MECANISMOS DEL PROCESO DE MEDITACIÓN

La hipótesis, en la que se apoyan las teorías recogidas en esta publicación, podría exponerse en las siguientes proposiciones:

Una: El centro de energía por intermedio del cual actúa el alma se halla en la parte superior del cerebro. Durante la meditación, si ésta es efectiva, la energía del alma afluye al cerebro y produce un efecto preciso sobre el sistema nervioso. Pero si la mente no está controlada y predomina la naturaleza emocional (como ocurre en el caso del místico puro), el efecto se hace sentir principalmente en el mecanismo sensorio, en los estados emocionales del ser. Cuando la mente es el factor dominante, entonces el mecanismo mental de la parte superior del cerebro entra en actividad organizada.

Dos: En la región del cuerpo pituitario tenemos el asiento de las facultades inferiores, cuando están coordinadas en el ser humano de tipo superior. Allí se coordinan y sintetizan y - de acuerdo a ciertas escuelas acreditadas de sicología y endocrinología - residen las emociones y los aspectos más concretos de la mente (derivados de hábitos raciales e instintos heredados), y por lo tanto no exigen el ejercicio de la mente creadora o superior.

Tres: Cuando la personalidad (los estados físicos, emocional y mental) es de orden elevado, el cuerpo pituitario actúa con creciente eficacia, y la vibración del centro más cercano de energía llega a ser muy potente. Debe observarse que de acuerdo a esta teoría, cuando la personalidad es de orden inferior, cuando las reacciones son principalmente instintivas y la mente prácticamente está inactiva, entonces el centro de energía está cercano al centro plexo solar y predomina en el hombre la naturaleza animal.

Cuarto: El centro, situado en la región de la glándula pineal, y la parte superior del cerebro, entran en actividad cuando se aprende a enfocar atentamente la conciencia en la cabeza...

Las diversas avenidas de percepción de los sentidos se aquietan, y la conciencia del hombre real ya no afluye externamente a través de sus cinco avenidas de contacto. Los cinco sentidos quedan dominados por el sexto, la mente, y toda la conciencia y la facultad perceptiva del aspirante se sintetizan en la cabeza y se dirige hacia dentro y hacia arriba. De esta manera la naturaleza síquica queda subyugada y el plano mental se convierte en el campo de la actividad del hombre. Este proceso de retiro o abstracción, se verifica en etapas:

El retiro de la conciencia física o de percepción, por medio del oído, el tacto, la vista, el gusto y el olfato. Estos medios de percepción quedan momentáneamente dormidos. La percepción del hombre es puramente mental y la conciencia del cerebro es lo único activo en el plano físico.

El retiro de la conciencia en la región de la glándula pineal, de modo que el punto de comprensión del hombre se centralice en la región situada entre el medio de la frente y la glándula pineal.
Quinto: Cuando se ha hecho esto y el aspirante adquiere facilidad para enfocarse en la cabeza, el resultado de este proceso de abstracción es el siguiente:

Los cincos sentidos van siendo sintetizados constantemente por el sexto, la mente. Éste es el factor coordinador. Más tarde, percibe que el alma tiene análoga función. La triple personalidad se pone así en comunicación directa con el alma y, por lo tanto, el hombre llega a ser con el tiempo inconsciente de las limitaciones de la naturaleza corporal, y el cerebro puede ser entonces impresionado directamente por el alma vía la mente. La conciencia del cerebro se mantiene en una condición de espera positiva con todas las reacciones del mundo fenoménico totalmente inhibidas, aunque temporalmente.

Sexto: La personalidad intelectual, de alto desarrollo, con su foco de atención localizado en la región del cuerpo pituitario, empieza a vibrar al unísono con el centro superior en la región de la glándula pineal. Entonces se establece un campo magnético entre el aspecto positivo del alma y la personalidad en expectativa, que se hace receptiva, debido al proceso de atención enfocada. Se dice que entonces irrumpe la luz, el hombre logra la iluminación y aparece la luz fenoménica en la cabeza. Todo esto es el resultado de una vida disciplinada y del enfoque de la conciencia en la cabeza, producido a su vez por el intento de concentrarse en la vida diaria y mediante determinados ejercicios de concentración. A esto le sigue el esfuerzo de la meditación y más tarde - mucho después - se hace sentir el poder de la contemplación.

Éste es un breve resumen de la mecánica del proceso, siendo necesariamente sucinto e incompleto. Sin embargo, estas ideas deben ser aceptadas provisionalmente, antes de poder emprender con inteligencia la práctica de la meditación.

Habiendo formulado nuestra hipótesis y aceptándola momentáneamente, continuaremos con el trabajo hasta comprobar su falsedad, o mientras nos interesa. Una hipótesis no será necesariamente falsa por no lograr probarse a sí misma en el plazo que consideramos adecuado. La gente abandona frecuentemente su búsqueda en este campo del conocimiento, porque carece de la necesaria perseverancia o su interés se transfiere a otra parte.

Sin embargo, hemos determinado seguir adelante con nuestra investigación y dar tiempo a que las técnicas y fórmulas antiguas se comprueben a sí mismas. Cumpliremos los primeros requisitos y trataremos de que nuestra vida sea influida por una actitud mental más concentrada, a fin de practicar la meditación y concentración diariamente.

Si somos principiantes o poseemos una mente desordenada, fluídica, versátil o inestable, empezaremos por practicar la concentración. Si somos intelectuales disciplinados, lo único que debemos hacer es reorientar la mente hacia un nuevo campo de conocimiento y empezar a meditar verdaderamente. Es fácil enseñar a meditar al hombre cuyo interés se cifra en los negocios.

Del Intelecto a la Intuición, pp. 128/31

D. ALGUNAS SUGERENCIAS PRELIMINARES

Encontrar tiempo

Es bueno reservar cierto tiempo, cada día, al trabajo de meditación. Al principio, quince minutos son suficientes, y no debería intentarse practicarla durante más tiempo el primer año. En verdad podría decirse que no está interesado quien dice no disponer de quince minutos de los mil cuatrocientos cuarenta que constituye un día.

Ante todo, procuraremos hallar tiempo por la mañana temprano para la práctica de la meditación. La razón estriba en que después de haber participado de los acontecimientos del día y en el toma y daca general de la vida, la mente está en un estado de violenta vibración, lo cual no sucede si la meditación es la primera práctica de la mañana. Entonces la mente está relativamente aquietada y puede sintonizarse más rápidamente con los estados superiores de conciencia.

Si iniciamos el día enfocando nuestra atención en cosas espirituales y cuestiones del alma, vivimos el día en forma muy distinta. Si esta práctica se convierte en hábito, veremos muy pronto cambiar nuestras reacciones a las incidencias de la vida y empezaremos a pensar lo que el alma piensa. Entonces se realiza el proceso de la actuación de una ley, porque "como el hombre piensa, así es él".

Encontrar un lugar para meditar

Luego trataremos de buscar un lugar realmente tranquilo y libre de intromisiones. No quiero decir tranquilo en el sentido de que no haya ruido, porque el mundo está lleno de sonidos, sino un lugar donde podamos aislarnos de los demás.

Quisiera indicar una actitud que todo principiante debería asumir. Es la actitud de silencio. Los aspirantes a la meditación hablan mucho de la oposición que encuentran por parte de la familia y los amigos... En la mayoría de los casos es culpa del aspirante mismo... La gente habla demasiado. A nadie le importa qué hacemos durante quince minutos de nuestro tiempo cada mañana y no es necesario hablar de ello a la familia, ni exigirles estar quietos porque queremos meditar.

Si es imposible tener un momento pata meditar, antes que la familia se disperse para los quehaceres del día, o antes de iniciar nuestra tarea, busquemos el momento propicio durante el día. Siempre hay una salida para cualquier dificultad si lo deseamos suficientemente, en forma que no signifique eludir deberes u obligaciones. Siempre es posible encontrar quince minutos temprano por la mañana.

Del Intelecto a la Intuición, pp. 131/133

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