lunes, 23 de octubre de 2006

LOS MANTRAN SON UN LENGUAJE

Los mantram son un lenguaje entre niveles de consciencia, así que es importante repetirlos de tal forma que la consciencia de uno se expanda y se haga más profunda a la vez, como una semilla que crece en un árbol. En la consciencia física ordinaria, nuestra consciencia, incluso nuestra identidad, es absorbida en los fenómenos que están siendo experimentados a través de los cinco sentidos. Estamos preocupados con lo que estamos viendo, leyendo, oyendo, sintiendo en la piel, etc. En la consciencia ordinaria de soñar, lo que incluye la ensoñación, nuestra consciencia está también contraída y absorta en recuerdos, imaginaciones, como ansiedad, deseo, juicios. Para obtener los beneficios del mantra, por tanto, uno necesita concentrarse no sólo en el sonido o en la pronunciación del mantra, sino también en su significado o hacia aquello que se refiere. El significado puede ser comprendido mejor como un bhava o sentimiento asociado con ideas tales como amor, entrega, fuerza, sabiduría, abundancia, brillo, paz. El mantra es esencialmente un vehículo de consciencia.
Las sílabas semilla germinaron durante la repiticion del mantra. Después, conforme uno los practica por sí mismo, crecerán de forma expansiva como una planta, si al practicarlos, uno deja de lado otras preocupaciones. Uno puede hacer esto durante actividades rutinarias que no requieran mucha concentración, como caminar o ir en coche, o incluso mientras se conduce el coche, si uno está en una ruta familiar sin mucho tráfico. Tal práctica nos ayuda también a desenraizar la ansiedad mental y el pensamiento trivial que ordinariamente nos quita nuestra energía mental.
Si son practicados con una aspiración por aquello con lo que se corresponde el mantra, sea amor, sabiduría, fuerza, abundancia, iluminación, por ejemplo, uno crea las condiciones ideales en las que estos estados descienden del plano mental y se manifiestan, incluso mágicamente, en el plano material. Como nuestra vida es en gran parte la consecuencia de nuestros pensamientos, palabras y actos pasados, eso es nuestro karma, conforme sustituimos los viejos pensamientos habituales con el mantra las viejas tendencias del karma pierden su fuerza y se secan. Sin embargo, tal inspiración no debe contener ninguna impaciencia, esperanza o duda. Debe estar llena con sentimientos de confianza en la eficacia del poder del mantra y de entrega a la Voluntad de la Divinidad. La aspiración más elevada es simplemente "Hágase Tu voluntad, no la mía". Entonces, cualquier cosa que uno reciba estará alineada con la Voluntad de la Divinidad, y uno vencerá la ilusión, basada en el ego, de ser "el hacedor".
Cuando nuestras mentes están atribuladas por los desafíos de la vida, la práctica de los mantras puede ser ejecutada como un tipo de bálsamo para calmar la ansiedad, la tristeza o la agitación de la mente. Incluso si la mente está luchando con la recitación del mantra, posteriormente descenderá de forma gradual la cháchara mental, dejándolo a uno en un estado pacífico.
Los mantras pueden ser hechos antes de la práctica de la meditación como una ayuda para calmar y concentrar la mente y prepararla para la meditación.
Es mejor practicar el mantra continuamente durante un periodo dado, o durante un número predeterminado, con el fin de desarrollar el propio poder de voluntad.

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