domingo, 31 de enero de 2010

El CáNcer es un hongo y es curable (por David Icke) - (bicarbonato de sodio)

Las cifras son fantásticas

Unos ocho millones de personas mueren cada año de cáncer en el mundo, más de medio millón en los Estados Unidos solamente. El número global está previsto que aumente a doce millones en 2030. El cáncer es la principal causa de muerte para personas menores de 85 y en los EE.UU. uno de cada cuatro personas muere de cáncer - uno de cada cuatro.

Los gobiernos se han dedicado a proteger al público contra el terrorismo "Pero no están conscientes de todas los seres que sufren y mueren cada año debido a una enfermedad y que las familias de linaje y su cártel farmacéutico, niegan sistemáticamente a curar". Juntos podemos realizarlo, pero si se trata de las compañías farmacéuticas. Enormes cantidades de dinero que se plantean a través de organizaciones benéficas cada año para financiar la búsqueda de una "cura" cuyo establecimiento no tiene la intención de encontrar.

Un boletín el 9 de agosto coloca en relieve, de cómo un hombre llamado Dr. Richard Day, Jefe de la Eugenesia controlado por Rockefeller organización Planned Parenthood, se dirigió a una reunión de los médicos en Pittsburgh en 1969 para hablar acerca de la próxima transformación de la sociedad global. Pidió a los médicos a desactivar los equipos de grabación y no tomar notas antes de que él detalle una larga lista de cambios que estaban previstos. Un médico tomó notas, y más tarde habló públicamente sobre lo que se dijo. Ahora, 40 años después, podemos ver y leer el boletín de agosto, en el archivo en la web. La razón que menciono de nuevo aquí es que él dijo a los médicos en 1969:

"Podemos curar casi todos los cánceres en estos momentos".' La información está archivada en el Instituto Rockefeller". Day dijo, que permitir que la gente muera de cáncer, significaba frenar el crecimiento de la población - "¡Igual pueden morir de cáncer como algo más!". Estas personas no tienen alma y por eso que hacen, lo que hacen.

Big Pharma no tiene ningún deseo de curar el cáncer, mientras está haciendo grandes fortunas de tratamiento de los síntomas con medicamentos devastadores que matan las células, o los que matan con venenos, como la quimioterapia. Pero eso no es todo, las familias de linaje ven a la gente que sufre y muere, como un bien necesario, es una forma de sacrificio para la estabilidad de la población. Por eso cuando nadie, fuera de la camarilla de las grandes farmacéuticas, descubre una manera eficaz de tratar el cáncer son inmediatamente dirigidos por el establecimiento médico y agencias gubernamentales. Uno de estos casos es el médico italiano, Tullio Simoncini, un hombre brillante y valiente que se ha negado a ceder ante la enorme presión que ha enfrentado y sigue enfrentando, porque él se ha dado cuenta de lo que el cáncer y cómo se puede tratar.

El delito de Simoncini "ha sido descubrir que el cáncer es causado por el hongo Cándida, es una levadura-como un organismo que vive en el cuerpo en cantidades pequeñas, incluso en personas sanas. El sistema inmunológico normalmente lo mantiene bajo control, pero cuando se transforma en un hongo poderoso que activa algunos problemas graves de salud, incluyendo el cáncer. Mi amigo, Mike Lambert, de la Clínica Shen cerca de mi casa en la Isla de Wight, dice de la Cándida:

"Los Hongos en general, siendo la Cándida en particular, prosperan por comer el cuerpo de su huésped (el suyo) por disolución de él. No es de extrañar que produzca fatiga crónica, que en muchos casos puede atribuirse a la colonización por el Hongo Cándida, la víctima se siente tan mal, tanto física como psicológicamente".

Tullio Simoncini dice que el cáncer es la infección fúngica por el Hongo-Cándida y que la explicación médica convencional del cáncer lo colocan como un mal funcionamiento celular y esta definición es simplemente errónea.

Cándida

Simoncini es un especialista en Oncología (tratamiento de los tumores), la diabetes y los trastornos metabólicos, pero es más que eso. Él es un médico de consciente que trata de descubrir la verdad, en beneficio de sus pacientes y se niega a repetir la versión oficial de lo que los médicos deben hacer y pensar. El autor cuestiona el dogma de la "conformidad intelectual" con todos sus supuestos no comprobados, la mentira, la manipulación y la falsedad, ha sido sumamente crítica con el establecimiento médico, ya que continúan con "tratamientos" que son inútiles para curar la epidemia global de cáncer. Desde el momento que Simoncini entró en los estudios de la medicina se dio cuenta de que algo andaba mal con la forma como se trataba el cáncer:

"Veo terribles sufrimientos. Yo estaba en una sala de oncología pediátrica y todos los niños murieron. Yo sufría cuando miraba a los pobres, a los niños a la personas morir con quimioterapia y con radioterapia". Su frustración y tristeza por lo que estaba viendo lo llevó a ir en busca de nuevas maneras de entender los tratamientos de esta enfermedad devastadora. Comenzó su viaje con una mente abierta y una hoja de papel en blanco inmaculado por las supuestas y rígidas medicinas, adoctrinadas por la medicina convencional y ciencia.

¿Cuántos más tienen que sufrir antes de que la gente deje de ver a los doctores que todo lo saben, como "dioses" y darse cuenta de la magnitud de la ignorancia que aún tenemos? Simoncini se dio cuenta de que todos los cánceres actuaban de la misma manera, no importa donde estaban, en el cuerpo o en la forma que tomó. Tenía que haber un denominador común. También observó que el cáncer "bultos" era siempre blanco.

¿Qué otra cosa es blanca? Cándida

Simoncini se dio cuenta, que la medicina general cree que el crecimiento celular es silvestre, que crece por crecer y lo convierte en un "tumor canceroso" En realidad es el sistema inmunológico de células reproductoras que se defienden contra los ataques del Hongo- Cándida. Él dice que la secuencia es la siguiente:

La Cándida normalmente se mantiene bajo control por el sistema inmune, pero cuando este sistema se debilita la Cándida se multiplica, se amplía y construye una "colonia". La Cándida cuando penetra en un órgano, el sistema inmunológico tiene que responder a la amenaza de otra manera. Este "camino" es construir una barrera defensiva con sus propias células y este crecimiento es lo que llamamos cáncer.

Se dice que la propagación del cáncer a otras partes del cuerpo, es causado por 'malignas' células que escapan de su origen. Simoncini, sin embargo, dice que este es una de las causa pero no absoluta. La propagación del cáncer es provocado por la causa real del cáncer, el hongo Cándida, que escapa de la fuente original. Lo que permite que el cáncer se manifieste, como lo ha dicho en sus libros desde hace años, es un sistema inmune debilitado. Cuando el Sistema Inmunológico funciona correctamente y con eficacia, evita que las células se desordenen o escapen, mantiene el Hongo-Cándida en su lugar y bajo control. Miremos lo que ha ocurrido en los casos de cáncer en todo el mundo, se han disparado y multiplicado.

El sistema inmune se encuentra debilitado y atacado por los alimentos y los aditivos de la bebida, la agricultura química, las vacunas, los campos electromagnéticos y la tecnología de microondas y las frecuencias, las drogas farmacéuticas, la presión de los modernos 'vida', y mucho más.

¿Qué defensas tienen los niños de hoy , si se les coloca 25 vacunas y combinaciones de ellos, antes de la edad de dos años, mientras que su Sistema Inmunológico está todavía en formación?...¡¡ Por Dios!!

Así es como las familias Illuminati están tratando de instigar un sacrificio masivo de la población. El desmantelamiento de las defensas naturales del cuerpo a la enfermedad. Ahora, aquí está la sorpresa real. ¿Qué es lo que destruye el Sistema Inmunológico más rápido que cualquier otra cosa?

CHEMOTHERAPY y QUIMIOTERAPIA

Usted puede agregar también. la Radiación. La quimioterapia es un veneno para matar las células. Eso es todo. La "vanguardia" al tratamiento del cáncer, es incorporar el "tratamiento" que consiste en envenenar a la víctima, con la esperanza de matar a las células enfermas. Pero esperen. Este veneno de la quimioterapia también mata a las células del sistema inmunológico y lo deja hecho pedazos. Y la Cándida todavía está allí.

El Sistema Inmunológico devastado no puede responder eficazmente a atacar el Hongo de la Cándida, entonces se propaga en otras partes del cuerpo para iniciar el proceso de nuevo, causando la propagación de las células cancerosas. Incluso aquellos que parecen haberse recuperado después de la cirugía y la quimioterapia, simplemente han alargado las horas de su reloj.
Su Sistema Inmunológico está destrozado y es sólo una cuestión de tiempo antes que la Cándida provoque una recaída. En pocas palabras:

La quimioterapia consiste en matar a la gente que se supone deberían ser curados. Cuando Simoncini se dio cuenta de que el cáncer es una infección e infestación por hongos, se fue en busca de algo que podría matar el hongo y así eliminar el cáncer. Se dio cuenta de que los medicamentos contra hongos no funcionan porque el hongo muta rápidamente y se defiende, incluso empieza a alimentarse de los medicamentos que se recetan para matarlo.

En su lugar, Simoncini encontró algo mucho más simple: Bicarbonato de Sodio.

El Bicarbonato de Sodio es un poderoso destructor de hongos y a diferencia de las drogas, la Cándida no puede "conformarse" con él. Al paciente le dado bicarbonato sódico por vía oral y por medios internos como un endoscopio, un tubo largo y delgado que los médicos utilizan para ver dentro del cuerpo sin cirugía. Esto permite que el bicarbonato de sodio sea colocado directamente en el cáncer, en el hongo.

Los antiguos egipcios conocían las propiedades curativas de las sustancias anti-hongos y los libros de la India se remonta a mil años realmente recomendaban productos "Alcalinos" cuya fuerte potencia es ideal para tratar el cáncer.

En 1983, Simoncini trató a un hombre italiano, Gennaro Sangermano, que se le había dado unos pocos meses de vida, tenía cáncer de pulmón. Unos meses más tarde, estaba de regreso, con salud y el cáncer había desaparecido. Más éxito seguido y Simoncini presentó sus resultados al Departamento de Salud de Italia con la esperanza de que comenzarían a hacer ensayos científicos para demostrar su trabajó.

Pero él iba a aprender el verdadero alcance de la manipulación médica y el engaño.
Las autoridades no sólo han ignorado su documentación, se le expulsó de la Orden de Italia para la prescripción de las curas médicas que no habían sido aprobadas. Fue sometido a una feroz campaña de burla y condenación, por el medio de comunicación y a continuación encarcelado por tres años por causar "homicidio culposo" a los pacientes que había tratado y "Curado". Desde todos los ángulos de la palabra estaba fuera - get Simoncini.

El establecimiento médico dijo que sus afirmaciones sobre el bicarbonato de sodio, era "loco y peligroso". Tanto fue, que llevó a un médico a afirmar ridículamente, que el Bicarbonato de Sodio es como una droga. Todo el tiempo millones de personas están muriendo de cáncer que podrían haber sido tratados de manera eficaz.

Tullio Simoncini afortunadamente no se ha desanimado y ha continuado circulando su trabajo en el Internet y en conversaciones públicas. He oído hablar de él a través de Mike Lambert en la Clínica de Shen y Simoncini habló allí mientras yo estaba ausente en los Estados Unidos.

Yo sé que él está teniendo un éxito notable en la drástica reducción y la eliminación por completo del Cáncer, incluso algunos tipos de cáncer reales etapa tardía usando bicarbonato de sodio. Esto puede tomar meses en algunos casos, pero en otros, como el cáncer de mama cuando el tumor es de fácil acceso, puede ser días antes de que ya no exista.

Las personas también se están curando a sí mismas bajo la dirección de Simoncini y al final de este artículo he vinculado a algunos videos en los que se puede escuchar a la gente hablar sobre sus experiencias y curas.

Yo escribí un boletín en Abril, hablando del cáncer y explicando que es un hongo. Hay un artículo sobre las conclusiones de dos científicos británicos e investigadores, el profesor Gerry Potter del Cáncer de Drug Discovery Group y el Profesor Dan Burke. Sus resultados combinados revelan lo siguiente:

"Las células cancerosas tienen un biomarcador único "que las células normales, no tienen, es una enzima llamada CYP1B1 (SIP se pronuncia de una abeja-uno).Las enzimas son proteínas que "catalizan" (aumento de la tasa de) las reacciones químicas. La CYP1B1 altera la estructura química de lo que se denomina salvestrol que se encuentran naturalmente en frutas y verduras. Este cambio químico convierte a la salvestrol en un agente que mata las células cancerosas, pero no hace daño a las células sanas. La enzima CYP1B1 aparece sólo en las células cancerosas y reacciona con salvestrol en frutas y hortalizas para crear una sustancia química que mata solamente las células cancerosas".

Pero he aquí el punto con respecto al cáncer de ser un hongo. Salvestrol son el sistema de defensa natural de las frutas y hortalizas contra los ataques de hongos y es por eso que sólo se encuentra en las especies sujetas a daños por hongos, como las fresas, arándanos, frambuesas, uvas, grosellas negras, grosellas, zarzamoras, arándanos, manzanas, peras, verde verduras (especialmente el brócoli y la familia del repollo), alcachofas, pimientos rojos y amarillos, aguacates, berros, espárragos y berenjenas.

Es más, el Big Pharma / Big carteles de la biotecnología, da a conocer todo esto y hay dos cosas importantes para socavar la defensa natural del ataque de hongos que es el cáncer. Los aerosoles químicos fungicida utilizados en la agricultura moderna matan los hongos artificialmente y esto significa que las plantas y los cultivos no tienen que activar su propia defensa - salvestrol. Sólo los encontramos en cualquier cantidad, en los alimentos de cultivo biológico. Esto no es por casualidad, sino por diseño calculado, como lo fueron y son, los intentos por el establecimiento de destruir Tullio Simoncini. Las familias quieren que la gente muera de cáncer, que no se curen del mismo. Están mentalmente y emocionalmente tan enfermos, porque ellos ven los humanos como ovejas y ganado.

Tullio Simoncini se niega a ceder y continúa haciendo campaña para lo que él cree y ha visto, que el Bicarbonato de Sodio es un tratamiento eficaz para el cáncer, mientras que en el "mundo real", el número de muertes por cáncer va en aumento sin cesar a causa de los tratamientos que no funcionan sobre la base de supuestos que no son verdaderos.

Gracias a Dios que el mundo tiene a personas valientes y comprometidas como Tullio Simoncini. Necesitamos más como él y rápido.
¡Qué contraste con él, son los que sirven a la profesión médica! Cuando Simoncini habló en la Clínica de Shen hace unas semanas algunos médicos locales ridicularizaron sus puntos de vista. Fueron invitados a lo largo de su charla, que habría sido de enorme beneficio y potencial para sus pacientes. Las sillas estaban reservadas para ellos para escuchar lo que estaba diciendo Simoncini de primera mano y darles la oportunidad de hacer preguntas.

¿Qué pasó?...¡¡ Nunca las hicieron!! . ¿Intereses creados? ¿Manipulados? ¿Cuándo despertaremos?

 
 

sábado, 30 de enero de 2010

Como y cuando competir


por Jorge Bucay

El autor opina que "no existe" la llamada sana competencia y que es una falsa justificación de la distorsión de nuestra sociedad.

Hablábamos hace una semana de la creciente sensación de intimidación y violencia en la que vivimos. Esto nos hace vivir en una situación de estrés crónico que amenaza nuestra serenidad y, sobre todo, nuestro desempeño laboral, nuestra vida afectiva, nuestro tiempo de reponer energías en el encuentro distendido con amigos o la familia.

Sabemos y hemos confirmado que la primera respuesta de nuestra sociedad, que es la de aumentar la respuesta represiva para volverla una amenaza a los actos de los violentos, no ha dado resultados satisfactorios y aseguro que no los dará en el largo plazo. La ayuda que la corrección de las leyes puede aportar es indispensable, pero no es suficiente. La actitud de ignorar a los antisociales en la supuesta esperanza de que al verse excluidos modifiquen su actitud parece ingenua y peligrosa para nuestra integridad. Nos encontramos, pues, en lo que parece un callejón sin salida.

A veces, cuando la seriedad del pensamiento academicista no alcanza, el humor viene en nuestra ayuda. Decía el genial humorista Landrú en la desaparecida revista Tía Vicenta: "Cuando esté en un callejón sin salida, no sea tonto, salga por donde entró".

Si la idea planteada, de la génesis del problema a partir de un desvío de la transmisión cultural, viene aunque sea algo de verdad, parece obvio que el camino de la solución deberá empezar poniendo el acento en la educación que le damos a nuestros hijos.

Y como casi todas las cosas, en educación, cuanto antes mejor.

No me refiero tan sólo a la educación formal de la escuela primaria, me refiero a todos los niveles.

Hablo de la responsabilidad de los padres, de los docentes de secundaria, de los profesores universitarios, de los empresarios, de los artistas y de los dirigentes.

Hablo de trabajar juntos para atacar los condicionamientos de las pautas de éxito comparativo que condicionan nuestra conducta desde el mercado laboral, social, familiar y espiritual.

Hablo de la escuela, del periodismo, de la familia, de la pareja, de la televisión, y del arte. Hablo de terminar de una vez y para siempre con la idea de la "sana competencia"; acomodaticia y falsa justificación de esta distorsión de nuestra sociedad. Para mí no existe la "sana" competencia, he aprendido que no es imprescindible y que difícilmente se obtenga de tal sanidad algo saludable.

Y si debemos aceptar que existe en nosotros una tendencia innata a la comparación con otros, dejemos esos aspectos limitados al deporte. Sólo en ese entorno la competencia puede transformarse en un juego liberador de comparación de habilidades y recursos. Sólo a través del deporte se podría sublimar este aspecto nefasto. Una diversión momentánea que nos permita volver a nuestro mundo cotidiano sin necesidad de demostrar que soy capaz de correr más rápido que nadie por la avenida costanera después del estúpido triunfo de beber más que ninguno.

Hasta la choza de un viejo maestro llegaron los ancianos del Consejo de un antiguo pueblo. Venían a consultar al sabio sobre un problema del pueblo.

Desde hacía mucho y pese a todos los esfuerzos del Consejo, los habitantes habían empezado a hacerse daño. Se robaban unos a otros, se lastimaban entre sí, se odiaban y educaban a sus hijos para que el odio continuara.

-Siempre hubo algunos que se apartaban de la senda -dijeron los consejeros-, pero hace 10 años comenzó a agravarse y desde entonces empeoró mes a mes.

-¿Qué pasó hace diez años? -preguntó el maestro.

-Nada significativo -dijeron los del Consejo-. Por lo menos nada malo. Hace 10 años terminamos de construir entre todos el puente sobre el río. Pero eso, sólo trajo bienestar y progreso al pueblo.

-No hay nada de malo en el bienestar -dijo el sabio-, pero sí lo hay en comparar mi bienestar con el de mi vecino. No hay nada de malo en el progreso, pero sí en querer ser el que más ha progresado. No hay nada de malo en las cosas buenas para todos, pero sí en competir por ellas. La solución es un cambio de sílaba...

-¿Cambio de sílaba? -preguntaron los del Consejo.

-Debéis enseñar a cada uno de los habitantes del pueblo que si a la palabra competir le cambian la sílaba central PE, por la más que significativa sílaba PAR, se crea una nueva palabra: comPARtir. Una vez que todos hayan aprendido el significado de compartir, la competencia no tendrá sentido, y sin ella el odio y el deseo de dañar a otros será sepultado para siempre.

Extracto del libro "Autoliberación interior"


TONY DE MELLO

1
¡DESPIERTA! ¡LA FELICIDAD ERES TÚ!

Despertarse es la espiritualidad, porque sólo despiertos podemos entrar en la verdad y descubrir qué lazos nos impiden la libertad. Esto es la iluminación. Es como la salida del Sol sobre la noche, de la luz sobre la oscuridad. Es la alegría que se descubre a sí misma, desnuda de toda forma. Esto es la iluminación. El místico es el hombre iluminado, el que todo lo ve con claridad, porque está despierto.
No quiero que os creáis lo que os digo porque yo lo digo, sino que cuestionéis cada palabra y analicéis su significado y lo que os dice en vuestra vida personal; pero con sinceridad, sin autoengañaros por comodidad o por miedos.
Lo importante es el Evangelio, no la persona que lo predica ni sus formas. No la interpretació n que se le ha dado siempre o la que le da éste o aquél, por muy canonizado que esté. Eres tú el que tiene que interpretar el mensaje personal que encierra para ti, en el ahora. No te importe lo que la religión o la sociedad prediquen.
La sociedad sólo canoniza a los que se conforman con ella. En el tiempo de Jesús y ahora. A Jesús no pudieron canonizarlo y por ello lo asesinaron. ¿Quiénes creéis que lo mataron? ¿Los malos? No. A Jesús lo asesinaron los buenos de turno, los más respetados y creídos en aquella sociedad. A Jesús lo mataron los escribas, los fariseos y sacerdotes; y si no andas con cuidado, asesinarás a Jesús mientras vives dormido.

Despertarse es la espiritualidad, porque sólo despiertos podemos entrar en la verdad y la libertad.

Estás dormido
¿Y cómo sabré si estoy dormido? Jesús os lo dice en el Evangelio: “¿Por qué decís Señor, Señor, si no hacéis lo que os digo?” Si no hacemos lo que Dios quiere y nos dedicamos a fabricarnos un Dios “tapa agujeros”, es que estamos dormidos. Lo que importa es responder a Dios con el corazón. No importa ser ateo, musulmán o católico; lo importante es la circuncisión y el bautismo del corazón. El estar despierto es cambiar tu corazón de piedra por uno que no se cierre a la verdad.
Si estás doliéndote de tu pasado, es que estás dormido. Lo importante es levantarse para no volver a caer. La solución está en tu capacidad de comprensión y de ver otra cosa que lo que te permites ver. Ver lo que hay detrás de las cosas. Cuando se te abran los ojos, verás cómo todo cambia, que el pasado está muerto y el que se duerme en el pasado está muerto, porque sólo el presente es vivo si tú estás despierto en él.
Metanoia quiere decir despertarse y no perderse la vida. Es vivenciar el pre­sente. Para saber esto hay un criterio: ¿Tú sufres? Es que estás dormido. Es igual que sepas muchas cosas y te de­diques a salvar a las personas. "El cie­go que guía a otro ciego" quiere decir que los dos están dormidos. Si sufres es que estás dormido. Me dirás que el dolor existe. Sí, es verdad que el dolor existe, pero no el sufrimiento. El sufri­miento no es real, sino una obra de tu mente. Si sufres es que estás dormido porque, en sí, el sufrimiento no existe, es un producto de tu sueño; y si estás dormido, verás a un Jesús dormido, que tú te has imaginado, que nada tiene que ver con el Jesús real, y eso puede ser muy peligroso.
Calderón dice: "Todo es según el co­lor del cristal con que se mira." Si es­tás dormido no serás capaz de ver más que cosas dormidas, y no te darás cuen­ta hasta que despiertes. Pasará la vida por ti sin que tú la vivas.
Si tienes problemas es que estás dor­mido. La vida no es problemática. Es el yo (la mente humana) el que crea los problemas. A ver si eres capaz de com­prender que el sufrimiento no está en la realidad, sino en ti. Por eso, en todas las religiones, se ha predicado que hay que morir al yo para volver a nacer. Éste es el verdadero bautismo que hace surgir al hombre nuevo. La realidad no hace problemas, los problemas nacen de la mente cuando estás dormido. Tú pones los problemas.
Estar despierto es aceptarlo todo, no como ley, no como sacrificio, ni como esfuerzo, sino por iluminación.

Despierta
¿Se puede decir que en estos últi­mos días no te has sentido como un hombre libre y feliz, sin problemas ni preocupaciones? ¿No te has sentido así? Pues estás dormido. ¿Qué ocu­rre cuando estás despierto? No cambia nada, todo ocurre igual, pero tú eres el que ha cambiado para entrar en la realidad. Entonces lo ves todo claro.
Le preguntaron a un maestro orien­tal sus discípulos: "¿Qué te ha pro­porcionado la iluminación?" Y con­testó: "Primero tenía depresión y aho­ra sigo con la misma depresión, pero la diferencia está en que ahora no me molesta la depresión."
Estar despierto es aceptarlo todo, no como ley, ni como sacrificio, ni como esfuerzo, sino por iluminación. Aceptarlo todo porque lo ves claro y ya nada ni nadie te puede engañar. Es desper­tar a la luz. El dolor existe, y el sufri­miento sólo surge cuando te resistes al dolor. Si tú aceptas el dolor, el sufrimiento no existe. El dolor no es inaguantable, porque tiene un sentido comprensible en donde se remansa. Lo inaguantable es te­ner el cuerpo aquí y la mente en el pasa­do o en el futuro.
Lo insoportable es querer distorsio­nar la realidad, que es inamovible. Eso sí que es insoportable. Es una lucha in­útil como es inútil su resultado: el su­frimiento. No se puede luchar por lo que no existe.
No hay que buscar la felicidad en donde no está, ni tomar la vida por lo que no es vida, porque entonces estaremos creando un sufrimiento que sólo es el resultado de nuestra ceguera y, con él, el desasosiego, la congoja, el mie­do, la inseguridad. .. Nada de esto exis­te sino en nuestra mente dormida. Cuando despertemos, se acabó.

Importa la vida
El ir contra la realidad, haciendo problemas de las cosas, es creer que tú importas, y lo cierto es que tú, como personaje individual, no importas nada. Ni tú, ni tus decisiones ni acciones im­portan en el desarrollo de la vida; es la vida la que importa y ella sigue su cur­so. Sólo cuando comprendes esto y te acoplas a la unidad, tu vida cobra sen­tido. Y esto queda muy claro en el Evangelio. ¿Importaron todas las trans­gresiones y desobediencias para la his­toria de la salvación? ¿Importa si yo asesino a un hombre? ¿Importó el que asesinaran a Jesucristo? Los que lo ase­sinaron creían estar haciendo un acto bueno, de justicia, y lo hicieron después de mucho discernimiento.
Jesús era portador de la luz y por ello predicaba las cosas más raras y contra­rias al judaísmo, a sus creencias e in­terpretaciones religiosas: hablaba con las mujeres, comía con los ladrones y prostitutas. Pero, además, interpretaba la Ley en profundidad, saltándose las reglas y sus formas. Los sabios y los poderosos tenían que eliminarlo. ¿Po­día ser de otra manera? Era necesario que muriera así, asesinado y no enfer­mo de vejez.
Cuentan que un rey godo se emocio­nó al oír el relato de Jesús y dijo: "¡De estar yo allí, no lo hubieran matado!"
¿Lo creemos así, como ese rey godo? Dormimos.
La muerte de Jesús descubre la rea­lidad en una sociedad que está dormi­da y, por ello, su muerte es la luz. Es el grito para que despertemos.

No te ates
¿Qué hace falta para despertarse? No hace falta esfuerzo ni juventud ni dis­currir mucho. Sólo hace falta una cosa, la capacidad de pensar algo nuevo, de ver algo nuevo, de ver algo nuevo y de descubrir lo desconocido. Es la capa­cidad de movernos fuera de los esque­mas que tenemos. Ser capaz de saltar sobre los esquemas y mirar con ojos nuevos la realidad que no cambia.
El que piensa como marxista, no piensa; el que piensa como budista, no piensa; el que piensa como musulmán, no piensa... y el que piensa como católico, tampoco piensa. Ellos son pensados por su ideología. Tú eres un esclavo en tanto y en cuanto no puedes pensar por encima de tu ideología. Vives dormido y pensado por una idea. El profeta no se deja lle­var por ninguna ideología, y por ello es tan mal recibido. El profeta es el pionero, que se atreve a elevarse por encima de los esquemas, abriendo camino.
La Buena Nueva fue rechazada por­que no querían la liberación personal, sino un caudillo que los guiase. Tememos el riesgo de volar por noso­tros mismos. Tenemos miedo a la li­bertad, a la soledad, y preferimos ser esclavos de unos esquemas. Nos ata­mos voluntariamente, llenándonos de pesadas cadenas, y luego nos queja­mos de no ser libres. ¿Quién te tiene que liberar si ni tú mismo eres cons­ciente de tus cadenas?
Las mujeres se atan a sus maridos, a sus hijos. Los maridos a sus mujeres, a sus negocios. Todos nos atamos a los deseos y nuestro argumento y justifi­cación es el amor. ¿Qué amor? La rea­lidad es que nos amamos a nosotros mismos, pero con un amor adulterado y raquítico que sólo abarca el yo, el ego. Ni siquiera somos capaces de amarnos a nosotros mismos en libertad. Entonces, ¿cómo vamos a saber amar a los demás, aunque sean nuestros es­posos o nuestros hijos? Nos hemos acostumbrado a la cárcel de lo viejo y preferimos dormir para no descubrir la libertad que supone lo nuevo.

Lo peor y más peligroso del que duerme es creer que está despierto y confundir sus sueños con la realidad.

No confundas los sueños
Vosotros estáis dormidos porque, si no, ya no necesitarías venir a este cur­so. Si ya lo vierais todo con ojos nue­vos, ya no necesitaríais venir a desper­taros. Pero, si sois capaces de recono­ceros dormidos, ser conscientes de que no estáis despiertos, ya es un paso. Pues lo peor y más peligroso del que duer­me es creer que está despierto y con­fundir sus sueños con la realidad. Lo primero que necesitáis para despertar, es saber que estáis durmiendo y estáis soñando.
La religión es una cosa buena en sí, pero en manos de gente dormida pue­de hacer mucho daño. Y lo podemos ver muy claramente por la historia de una religión que, en el nombre de Dios, cometió tantas barbaridades creyendo que hacía el bien. Si no sabes emplear la religión en esencia, en libertad, sin fanatismos ni ideologías de un color u otro, puedes hacer mucho daño y, de hecho, se sigue haciendo.
Para despertar hay que estar dispues­to a escucharlo todo, más allá de los cartelitos de buenos y malos, con receptividad, que no quiere decir credu­lidad. Hay que cuestionarlo todo, aten­tos a descubrir las verdades que puede haber, separándolas de las que no lo son. Si nos identificamos con las teo­rías sin cuestionarlas con la razón -y sobre todo con la vida- y nos las tra­gamos almacenándolas en la mente, es que seguimos dormidos. No has sabi­do asimilar esas verdades para hacer tus propios criterios. Hay que ver las ver­dades, analizarlas y ponerlas a prueba, una vez cuestionadas.
"Haced lo que os digo", dice Jesús. Pero no podremos hacerlo si antes no nos transformamos en el hombre nue­vo, despierto, libre, que ya puede amar.
"Aunque diera todo a los pobres, y mi cuerpo a las llamas -dice Pablo­, ¿de qué me serviría si no amo?" Este modo de ver de Pablo se consigue vi­viendo, y este modo de ser nace de es­tar despierto, disponible y sin engaños.
Cuando la relación entre amigos no funciona lo bien que tú quisieras, pue­des aliviarla. Puedes pararte y comen­zar una tregua, pero si no has puesto al aire las premisas que están debajo, el problema sigue en pie, y seguirá gene­rando sentimientos negativos.

¡Qué lío!
Mi vida es un lío. ¿Soy capaz de re­conocerlo? Necesito tener receptividad. ¿Estoy dispuesto a reconocer que el su­frimiento y la congoja los fabrico yo mismo? Si eres capaz de darte cuenta, es que comienzas a despertarte.
Ordinariamente, buscamos alivio y no curación. Cuando sufres, ¿estás dis­puesto a separarte de ese sufrimiento lo necesario para analizarlo y descubrir el origen que está detrás? Es preferible dejar que sufras un poco más, hasta que te hartes y estés dispuesto a ver. O des­piertas tú, o la vida te despertará.
Las componendas y alivios son manejos comerciales del buen comportamiento que te ha metido en la mente tu sentido de buena educación. Si los miras, bien despierto, descubri­rás que no son más que utilización, co­mercio de toma y daca y chantaje, más hipocresía. Cuando ves esto, ¿quieres quitarte el cáncer, o tomar un analgésico para no sufrir? Cuando la gente se harta de sufrir es un buen momento para despertar.
Buda dice: "El mundo está lleno de dolor, que genera sufrimiento. La raíz del sufrimiento es el deseo. Si quieres arrancarte esa clase de dolor, tendrás que arrancarte el deseo."
¿El deseo es cosa buena? Es una cuestión de lenguaje, pues la palabra "deseo", en español, abarca deseos buenos, que son estímulos de acción, y deseos estériles, que a nada condu­cen. A estos deseos, para entendernos, vamos a llamarlos apegos.
La base del sufrimiento es el ape­go, el deseo. En cuanto deseas una cosa compulsivamente y pones todas tus ansias de felicidad en ella, te ex­pones a la desilusión de no conseguir­la. De no haber deseado tanto que tu amigo te acoja, te contemple y te ten­ga en cuenta; de no desearlo tanto, no te importaría su indiferencia ni su re­chazo. Donde no hay deseo-apego, no hay miedo, porque el miedo es la cara opuesta del deseo, insepa­rable de él.
Sin esta clase de deseos, nadie te puede intimidar, ni nadie te puede con­trolar o robar, porque, si no tienes deseos, no tienes miedo a que te quiten nada.

No hay pareja ni amistad que esté tan segura como la que se mantiene libre. Sólo es eterno lo que se basa en un amor libre. Los deseos te hacen siempre vulnerables.

El amor no duerme
Donde hay amor no hay deseos. Y por eso no existe ningún miedo. Si amas de verdad a tu amigo, tendrías que poder decirle sinceramente: "Así, sin los cristales de los deseos, te veo como eres, y no como yo desearía que fue­ses, y así te quiero ya, sin miedo a que te escapes, a que me faltes, a que no me quieras." Porque en realidad, ¿qué deseas? ¿Amar a esa persona tal cual es, o a una imagen que no existe? En cuanto puedas desprenderte de esos deseos-apegos, podrás amar; a lo otro no se lo debe llamar amor, pues es todo lo contrario de lo que el amor significa.
El enamorarse tampoco es amor, sino desear para ti una imagen que te imaginas de una persona. Todo es un sueño, porque esa persona no existe. Por eso, en cuanto conoces la reali­dad de esa persona, como no coincide con lo que tú te imaginabas, te des­enamoras. La esencia de todo enamo­ramiento son los deseos. Deseos que generan celos y sufrimiento porque, al no estar asentados en la realidad, viven en la inseguridad, en la descon­fianza, en el miedo a que todos los sueños se acaben, se vengan abajo.
El enamoramiento proporciona cier­ta emoción y exaltación que gusta a las personas con una inseguridad afectiva y que alimentan una sociedad y una cultura que hacen de ello un comercio. Cuando estás enamorado no te atreves a decir toda la verdad por miedo a que el otro se desilusione porque, en el fon­do, sabes que el enamoramiento sólo se alimenta de ilusiones e imágenes idealizadas.
El enamoramiento supone una ma­nipulación de la verdad y de la otra per­sona para que sienta y desee lo mismo que tú y así poder poseerla como un objeto, sin miedo a que te falle. El ena­moramiento no es más que una enfer­medad y una droga del que, por su in­seguridad, no está capacitado para amar libre y gozosamente.
La gente insegura no desea la felicidad de verdad; porque teme el riesgo de la libertad y, por ello, prefiere la dro­ga de los deseos. Con los deseos vie­nen el miedo, la ansiedad, las tensio­nes y..., por descontado, la desilusión y el sufrimiento continuos. Vas de la exaltación al desespero.
¿Cuánto dura el placer de creer que has conseguido lo que deseabas? El primer sorbo de placer es un encan­to, pero va prendido irremediable­ mente al miedo a perderlo, y cuando se apoderan de ti las dudas, llega la tristeza. La misma alegría y exalta­ción de cuando llega el amigo, es pro­porcional al miedo y al dolor de cuan­do se marcha... o cuando lo esperas y no viene... ¿Vale la pena? Donde hay miedo no hay amor, y podéis es­tar bien seguros de ello.
Cuando despertamos de nuestro sue­ño y vemos la realidad tal cual es, nues­tra inseguridad termina y desaparecen los miedos, porque la realidad es y nada la cambia. Entonces puedo decirle al otro: "Como no tengo miedo a perderte, pues no eres un objeto de propiedad de nadie, entonces puedo amarte así como eres, sin deseos, sin apegos ni condiciones, sin egoísmos ni querer poseerte." Y esta forma de amar es un gozo sin límites.
¿Qué haces cuando escuchas una sinfonía? Escuchas cada nota, te delei­tas en ella y la dejas pasar, sin buscar la permanencia de ninguna de ellas, pues en su discurrir está la armonía, siempre renovada y siempre fresca. Pues, en el amor, es igual. En cuanto te agarras a la permanencia destruyes toda la belleza del amor. No hay pare­ja ni amistad que esté tan segura como la que se mantiene libre. El apego mu­tuo, el control, las promesas y el deseo, te conducen inexorablemente a los con­flictos y al sufrimiento y, de ahí, a cor­to o largo plazo, a la ruptura. Porque los lazos que se basan en los deseos son muy frágiles. Sólo es eterno lo que se basa en un amor libre. Los deseos te hacen siempre vulnerable.

Disparar gratuitamente
Hay dos tipos de deseos o de de­pendencias: el deseo de cuyo cumpli­miento depende mi felicidad y el deseo de cuyo cumplimiento no depen­de mi felicidad.
El primero es una esclavitud, una cárcel, pues hago depender de su cumplimiento, o no, mi felicidad o mi sufrimiento. El segundo deja abierta otra alternativa: si se cumple me ale­gro y, si no, busco otras compensaciones. Este deseo te deja más o me­nos satisfecho, pero no te lo juegas todo a una carta.
Pero existe una tercera opción, hay otra manera de vivir los deseos: como estímulos para la sorpresa, como un juego en el que lo que más importa no es ganar o perder, sino jugar.
Hay un proverbio oriental que dice: "Cuando el arquero dispara gratuita­mente, tiene con él toda su habilidad." Cuando dispara esperando ganar una hebilla de bronce, ya está algo nervio­so. Cuando dispara para ganar una me­dalla de oro, se vuelve loco pensando en el premio y pierde la mitad de su habilidad, pues ya no ve un blanco, sino dos. Su habilidad no ha cambiado pero el premio lo divide, pues el deseo de ganar le quita la alegría y el disfrute de disparar. Quedan apegadas allí, en su habilidad, las energías que necesitaría libres para disparar. El deseo del triun­fo y el resultado para conseguir el pre­mio se han convertido en enemigos que le roban la visión, la armonía y el goce.
El deseo marca siempre una depen­dencia. Todos dependemos, en cierto sentido, de alguien (el panadero, el le­chero, el agricultor, etc., que son necesarios para nuestra organización) . Pero depender de otra persona para tu pro­pia felicidad es, además de nefasto para ti, un peligro, pues estás afirmando algo contrario a la vida y a la realidad.
Por tanto, el tener una dependencia de otra persona para estar alegre o tris­te es ir contra la corriente de la reali­dad, pues la felicidad y la alegría no pueden venirme de fuera, ya que están dentro de mí. Sólo yo puedo actualizar las potencias de amor y felicidad que están dentro de mí y sólo lo que yo con­siga expresar, desde esa realidad mía, me puede hacer feliz, pues lo que me venga desde afuera podrá estimularme más o menos, pero es incapaz de dar­me ni una pizca de felicidad.
Dentro de mí suena una melodía cuando llega mi amigo, y es mi melo­día la que me hace feliz; y cuando mi amigo se va me quedo lleno con su música, y no se agotan las melodías, pues con cada persona suena otra me­lodía distinta que también me hace fe­liz y enriquece mi armonía. Puedo te­ner una melodía o más, que me agra­den en particular, pero no me agarro a ellas, sino que me agradan cuando es­tán conmigo y cuando no están, pues no tengo la enfermedad de la nostalgia, sino que estoy tan feliz que no añoro nada. La verdad es que yo no puedo echarte de menos porque estoy lleno de ti. Si te echase de menos sería recono­cer que al marcharte te quedaste fuera. ¡Pobre de mí, si cada vez que una per­sona amada se va, mi orquesta deja de sonar!
Cuando te quiero, te quiero inde­pendiente de mí, y no enamorado de mí, sino enamorado de la vida. No se puede caminar cuando se lleva a al­guien agarrado. Se dice que tenemos necesidades emocionales: ser querido, apreciado, pertenecer a otro, que se nos desee. No es verdad. Esto, cuando se siente esa necesidad, es una enfermedad que viene de la inse­guridad afectiva.
Tanto la enfermedad, necesidad de sentirme querido, como la medicina que se ansía, el amor recibido, están basados en premisas falsas. Necesida­des emocionales para conseguir la fe­licidad en el exterior, no hay ninguna; puesto que tú eres el amor y la felici­dad en ti mismo. Sólo mostrando ese amor y gozándote en él vas a ser real­mente feliz, sin agarraderas ni deseos, puesto que tienes en ti todos los ele­mentos para ser feliz.
La respuesta de amor del exterior agrada y estimula, pero no te da más felicidad de la que tú dispones, pues tú eres toda la felicidad que seas capaz de desarrollar. Dios es la Verdad, la Feli­cidad y la Realidad, y Él es la Fuente, dispuesta siempre para llenarnos en la medida que, libremente, nos abramos a Él.

Tú ya eres felicidad
Despertarse es la única experiencia que vale la pena. Abrir bien los ojos para ver que la infelicidad no viene de la realidad, sino de los deseos y de las ideas equivocadas. Para ser feliz no has de hacer nada, ni conseguir nada, sino deshacerte de falsas ideas, ilusiones y fantasías que no te dejan ver la reali­dad. Eso sólo se consigue mantenién­dote despierto y llamando a las cosas por su nombre.
Tú ya eres felicidad, eres la felici­dad y el amor, pero no lo ves porque estás dormido. Te escondes detrás de las fantasías, de las ilusiones y también de las miserias de las que te avergüen­zas. Nos han programado para ser feli­ces o infelices (según aprieten el botón de la alabanza o de la crítica), y esto es lo que te tiene confundido. Has de dar­te cuenta de esto, salir de la programa­ción y llamar a cada cosa por su nombre.
Si te empeñas en no despertar, nada se puede hacer. "No te puedes empe­ñar en hacer cantar a un cerdo, pues perderás tu tiempo y el cerdo se irrita­rá." Ya sabes que no hay peor sordo que el que no quiere oír. Si no quieres oír para despertar, seguirás programado, y la gente dormida y programada es la más fácil de controlar por la sociedad.

Dentro de mí suena una melodía cuando llega mi amigo, y es mi melodía la que me hace feliz; y cuando mi amigo se va me quedo lleno de su música

2
¡DESPROGRÁMATE!
¡SÉ TÚ MISMO!

Lo importante es ser capaz de darte cuenta de que no eres más que un yo­yo, siempre de arriba para abajo, según tus problemas, tus disgustos o depre­siones; que eres incapaz de mantener una estabilidad. Darte cuenta de que te pasas la vida a merced de personas, de cosas o situaciones. Que te manipulan o tú puedes manipular. Que no eres dueño de ti ni capaz de mirar las situaciones con sosiego, sin enfados ni ansiedad.
Toda esa actitud sólo depende de tu programación. Estamos programados desde niños por las conveniencias socia­les, por una mal llamada educación y por lo cultural. Vivimos por ello programa­dos y damos la respuesta esperada ante situaciones determinadas, sin pararnos a pensar qué hay de cierto en la situación, y si es consecuente con lo que de verdad somos esa respuesta habitual y mecá­nica.
Tenemos programadas ideas conven­cionales y culturales, que tomamos como verdades cuando no lo son. Como la idea de patria, de fronteras y hábitos culturales que nos llevan a con­flictos cuando nada tienen que ver con la verdad.

Lo que haces como hábito, te hace dependiente porque te lo han programado. Sólo lo que surge de dentro es tuyo y te hace libre.

¡Desprográmate!
Cuando venía hacia aquí, en el avión, me dijeron:
-Mira, ya salimos de la India, ahí está la frontera.
Yo me asomé y por más que miraba no vi ni una línea, ni una barrera natu­ral de separación. ¿Es que existen las fronteras en la naturaleza? No están más que en nuestra mente. Toda tierra es de todos, y toda cultura no es más que ideas que nos separan.
Hubo un niño blanco que se perdió en la selva y se crió en una tribu con cultura distinta. Cuando creció se casó con una nativa de aquella cultura. Ocu­rrió que a una amiga de su mujer se le murió su marido en la guerra, y aque­lla noche, al pensar en su amiga sola, la mujer nativa le dijo al marido blanco:
-Oye, me gustaría que fueses a consolar a mi amiga, que está sola, y como ya no tiene marido te acostases con ella.
El marido, que recordaba aún rasgos de su cultura, se negaba, horrorizado, pero al final complació a su mujer. Cuando volvió, la mujer le dijo:
-Ya sabía que eras un buen hom­bre y ahora te quiero más, porque eres compasivo y me siento orgullosa de ti.
¡Qué bella su cultura, pero qué difí­cil de entender y seguir para nosotros! No existe separación de razas, sólo dis­tintas culturas programadas en nuestras mentes. En la naturaleza no existen fronteras. El honor, el éxito y el fraca­so no existen, como tampoco la belle­za ni la fealdad, porque todo consiste en una manera de ver de cada cultura. Es lo cultural lo que provoca esas emo­ciones ante el nombre de patria, raza, idioma o pueblo. Son distintas formas de ver que están programadas en nues­tra mente. La patria es el producto de la política, y la cultura es la manera de adoctrinar.
Cuando eres un producto de tu cul­tura, sin cuestionarte nada, te convier­tes en un robot. Tu cultura, tu religio­sidad y las diferencias raciales, nacio­nales o regionales te han sido estam­padas como un sello y las tomas como algo real. Te enseñaron una religiosi­dad y una forma de comportarte que no has elegido, sino que te vinieron im­puestas desde fuera, antes de que tuvie­ses edad o discernimiento para decidir, y sigues así, con ellas colgadas, como una piedra al cuello.
Sólo lo que nace y se decide aden­tro es auténtico y te hace libre. Lo que haces como hábito y que no puedes dejar de hacer porque te domina, te hace dependiente, esclavo de lo que crees, porque te lo han programado. Sólo lo que surge de dentro lo anali­zas, lo pasas por tu criterio y te deci­des a ponerlo en práctica asumiéndo­lo; es tuyo y te hace libre.
Tienes que liberarte de tu historia y su programación para responder por ti mismo y no de personaje a personaje.
Lo mismo ocurre con lo que creemos amor y que no es más que un mo­delo cultural aceptado por la mente. No se puede vivir influenciado por el pa­sado. Lo menos que se puede hacer por el amor es ser sincero, tener claridad de percepción y llamar a cada cosa por su nombre. Ser capaz de dar la respues­ta precisa sin engañar ni engañarte. Por­que te amo te doy la respuesta, desde mi realidad, que te corresponde a ti y a tu realidad, en este momento. Más tar­de no sé lo que puede ocurrir, y por ello no te hago promesas que no sé si po­dría cumplir.
Esto es lo menos que puedes exigirle al amor: sinceridad. La espiritualidad consiste en ver las cosas, no a través de cristales de color, sino tal como son. La espiritualidad ha de nacer de ti mismo; y cuanto más seas tú mismo, serás más es­piritual.

Lo cierto es que el dolor existe porque rechazamos que lo único sustancial es el amor, la felicidad, el gozo.

No seas fotocopia
No imites a nadie, ni siquiera a Je­sús. Jesús no era copia de nadie. Para ser como Jesús, has de ser tú mis­mo, sin copiar a nadie, pues todo lo auténtico es lo real, como real era Jesús.
La culpabilidad y la crítica no exis­ten más que en la mente de la cultu­ra. Las personas que menos se pre­ocupan de la vida de ahora, de vivir el presente, son las que más se pre­ocupan por lo venidero. Preocúpate por estar despierto, vive ahora y no te importará el futuro. Cuando tu mentalidad cambia, todo cambia para ti, a tu alrededor. Lo que antes te pre­ocupaba tanto, ahora te importa un bledo y, en cambio, vas descubrien­do cosas maravillosas que antes te pasaban inadvertidas.
Lo que más les preocupa a las per­sonas programadas es tener razón. Tie­nen miedo a perder sus ideas, en las que se apoyan, porque les dan pavor el ries­go, el cambio, la novedad, y se agarran a sus viejas ideas porque están fosili­zadas.
Nuestra vida se convierte en un lío porque tomamos por realidad lo que no son más que programaciones que no nos sirven de nada y nos agarramos a ellas porque no sabemos descubrir otra cosa. En el fondo, tenemos una enor­me inseguridad y, para sentirnos mejor, vamos a consultar a los que creemos que saben más que nosotros, creyendo que ellos nos van a solucionar los pro­blemas. Pero los problemas, que sólo existen en nuestra imaginación, sólo despertando los solucionaremos.

Fácil y difícil
Se cuenta que había un gran maes­tro llamado Buso, que vivía con su es­posa y una hija, todos con fama de sa­biduría y santidad. Un día se acercó un hombre al maestro y le preguntó:
-La iluminación, ¿es fácil o difícil?
Y Buso le contestó:
-Es tan difícil como alcanzar la Luna.
No conforme, el hombre se acercó a la mujer de Buso y le hizo la misma pregunta, a lo que ella le contestó:
-Es muy fácil. Es tan fácil como beberse un vaso de agua.
Intrigado se quedó el hombre y, para salir de dudas, le hizo la misma pregunta a la hija del maestro, que le contestó:
-¡Hombre!, si lo haces difícil es di­fícil, pero si lo haces fácil...
Lo más difícil es la capacidad de ver, ver simplemente, con sinceridad, sin engañarse, porque ver significa cambio, nada a qué agarrarse, y esta­mos acostumbrados a buscarnos asi­deros y a andar con muletas. En cuan­to llegas a ver con claridad, tienes que volar; y volar es no tener nada de qué agarrarte. Necesitamos desmontar la tienda en la que nos refugiábamos y seguir por el sendero adelante sin apoyos.
El susto mayor es por la aniquilación de todo miedo, puesto que los miedos han sido el manto en el que te envol­vías para no ver ni ser visto. Dejar las cosas atrás y enfrentarte a la felicidad, cuando no quieres ser feliz a ese pre­cio. Una felicidad que has de expre­sar tú y no esperar a que te la den he­cha. Aunque vas diciendo que buscas la felicidad, lo cierto es que no quie­res ser feliz. Prefieres volver al nido antes que volar porque tienes miedo, y el miedo es algo conocido y la feli­cidad no.
En mi profesión de psicólogo ad­vierto cada día esto. Lo primero que tiene que entender el buen psi­cólogo es que el que viene a él no busca la curación, sino el alivio, la comodidad, pero no quiere cam­biar; es demasiado expuesto y com­prometido.
Es como aquel que está metido en la porquería hasta la boca y que lo único que le preocupa es que no le hagan olas, no que lo saquen de allí. Lo malo es que la mayoría equipara la felicidad con conseguir el objeto de su apego, y no quiere saber que la fe­licidad está precisamente en la ausen­cia de los apegos, y en no estar so­metido al poder de ninguna persona o cosa.

En la naturaleza no existen fronteras. No están más que en nuestra mente. Toda tierra es de todos, y toda cultura no es más que ideas que nos separan.

Conocerse a fondo
Para despertarse, el único camino es la observación. El ir observándose. El ir observándose uno a sí mismo, sus re­acciones, sus hábitos y la razón de por qué responde así. Observarse sin críti­cas, sin justificaciones ni sentido de culpabilidad ni miedo a descubrir la verdad. Es conocerse a fondo.
El indagar e investigar quién es Je­sucristo es muy loable, pero ¿para qué sirve? ¿Te puede servir para algo si no te conoces a ti mismo? ¿Te sirve para algo si estás controlado y manipulado sin saberlo?
La pregunta más importante del mundo, base de todo acto maduro, es: ¿Yo, quién soy? Porque, sin conocerte, no puedes conocer ni a Dios. Conocer­te a ti mismo es fundamental. Sin em­bargo, lo curioso del caso es que no hay respuesta para la pregunta ¿quién soy yo?, porque lo que tienes que averiguar es lo que no eres, para llegar al ser que ya eres.
Hay un proverbio chino que dice: "Cuando el ojo no está bloqueado, el resultado es la visión. Cuando la men­te no está bloqueada, el resultado es la sabiduría, y cuando el espíritu no está bloqueado, el resultado es el amor."
Hay que quitar las vendas para ver. Si no ves, no puedes descubrir los im­pedimentos que no te están dejando ver.
El observarte a ti mismo es estar atento a todo lo que acontece dentro y alrededor de ti, como si esto le ocurrie­se a otra persona, sin personalizarlo, sin juicio ni justificaciones ni esfuerzos por cambiar lo que está sucediendo, ni for­mular ninguna crítica ni autocompade­certe. Los esfuerzos que hagas por cam­biar son peores, pues luchas contra unas ideas, y lo que hay que hacer es com­prenderlas, para que ellas se caigan por sí solas una vez que comprendas su fal­ta de realidad. Hay que cuestionar todo esto para ver si se comprende como una verdad y entonces te pondrás a obser­varte.

La vida observada
A veces te sientes mal, hecho un lío, no sabes funcionar solo y te vas al psi­cólogo a que te arregle. El psicólogo no puede hacer nada que tú no hagas. No puede conseguir nada que tú no es­tés dispuesto a hacer. Puede escuchar­te y ayudar a que tú mismo vayas acla­rándote mientras hablas. En verdad, lo que haces allí es observarte, y eso es lo que has de hacer tú, pero de con­tinuo. Yo soy psicólogo y puedo de­cirte que la terapia, la mayoría de las veces, lo que hace es un intercambio de problemas: te quita uno, pero te mete otro.
La espiritualidad es la que intenta solucionarte. Busca solucionar el pro­blema del yo, que es el que está gene­rando los problemas que te llevan al psicólogo y al psiquiatra. La espiritua­lidad va directamente a la raíz, a res­catar tu yo, el auténtico, que está aho­gado por barreras que no lo dejan ser libremente.
El hacer esfuerzos por cambiar es contraproducente, pues lo que te va a cambiar es la verdad: observar la ver­dad y comprender que tu programación no te deja ser tú mismo. El observador es lo que te va a cambiar. "La vida no observada, no examinada, no vale la pena vivirla, porque no es vida", decía Sócrates.
Es preciso darse cuenta de todas las reacciones que surgen al mirar a una persona, un paisaje o a uno mismo. Observa cómo sueles reaccionar frente a determinadas situaciones. Mirar con objetividad, como si no fueras tú, to­mando conciencia de lo que pasa den­tro y fuera de ti, estando atento (como cuando conduces). Hacerlo sin juicios valorativos, porque si te pones etique­tas, ya no ves las cosas como son. Caer en la cuenta, sin prejuicios, sólo enten­diéndolo.
Si no cambiamos espontáneamente es porque ponemos resistencia. En cuanto descubramos los motivos de la resistencia, sin reprimirla ni rechazar­la, ella misma se disolverá. Cuando en nosotros hay sensibilidad, no se nece­sita violencia alguna para conseguir las cosas que necesitamos, pues todo se resuelve entendiendo, comprendiendo; y nos sorprendemos al ver cómo todo se resuelve según comprendemos la realidad y no luchemos contra ella.
Tenemos que darnos cuenta de que, con la palabra, o con el pensa­miento, solemos etiquetar las cosas y las personas, y luego, como conse­cuencia de ello, vivimos el personaje de la etiqueta, y no la persona. Po­nerse en contacto con la realidad es mirar ésta sin querer interpretarla, ni cambiar nada, sino dejar que la rea­lidad cambie el orden de las cosas lu­ciendo por sí misma.

Para ser como Jesús, has de ser tú mismo, sin copiar a nadie, pues todo lo auténtico es lo real, como real era Jesús.

Métodos para ser feliz
Darte cuenta del dolor, de la aflic­ción o del desasosiego que sufres y cuál es el motivo; de dónde sale, en verdad,
ese sufrimiento. Si te sientes molesto, darte cuenta en seguida de ello, y de dónde nace este malestar. (Si dices que estás molesto porque alguien se ha por­tado mal contigo, no se puede enten­der que tú te castigues porque otro se comporta mal. Tiene que haber otro motivo más personal y escondido. Ob­sérvalo.)
Darte cuenta de que el sufrimiento o las molestias se deben a tu reacción ante un hecho o una situación concreta y no a la realidad de lo que está ocu­rriendo. (Si vas a ir al campo y llueve, el enfado no está en la lluvia -que es la realidad-, sino en tu reacción por­que se han contrariado tus planes.)
Solemos echar la culpa a la realidad y no queremos darnos cuenta de que son nuestras reacciones programadas las que nos contrarían. Tenemos unos hábitos inculcados, que funcionan como una maquinita automática: a tal pregunta, tal respuesta; a tal contrarie­dad, tal reacción. Y funcionamos como autómatas. La cultura nos inculca unas leyes rígidas, cuya única razón es que así se ha hecho siempre. Y con esta ra­zón tan endeble somos capaces de ma­tarnos por defender: honor, patria, ban­dera, raza, familia, buenas costumbres, orden, ideales, buena fama y muchas más palabras que no encierran más que ideas sin sentido real, que nos han in­culcado como cultura. Y lo mismo ocu­rre con las ideas religiosas.
Lo importante es el ser, y no el fi­gurar. La verdad es que estamos tan metidos en esa programación que ac­tuar con claridad de percepción, desde esa cultura, casi parece un milagro, y más si pretendemos reaccionar sin dis­gusto. Hay que despertarse antes para comprender que lo que te hace sufrir no es la vida, sino tus alucinaciones, y cuando consigues despertar y apartas los sueños, te encuentras cara a cara con tu libertad y con la verdad gozosa.
Lo cierto es que el dolor existe por­que rechazamos que lo único sustancial es el amor, la felicidad, el gozo. Cuan­do somos capaces de encontrar el ca­mino despejado, para ese amor-felici­dad que somos, nos topamos con el dolor, que no es nada concreto ni sus­tancial por sí mismo, sino la ausencia de la percepción del amor-felicidad. Como la oscuridad, que no existe, sino que es consecuencia de la menor per­cepción de la luz.
La vida es, en sí, un puro gozo y tú eres amor-felicidad como sustancia y potencial para desarrollar. Sólo los obs­táculos de la mente te impiden disfru­tarla plenamente. Son las resistencias que pone tu programación lo que te impide ser feliz. De no tropezar con tu resistencia, ¿dónde estaría el dolor? Habría una armonía en ti, igual a la que existe en la naturaleza. Más aun, pues tú eres rey de esa naturaleza y dotado de una sensibilidad para captar la bon­dad, la felicidad y la belleza, que te hace creativo y capaz ya, no sólo de ser feliz, sino de dar amor-felicidad a ma­nos llenas.
Con sólo observar todo esto ya es­tás dando un paso para tu despertar. Todo depende de tu reacción, y ésta depende de tu programación; y si eres capaz de observar esto y comprender­lo, ya tendrás bastante.
Lo más difícil es la capacidad de ver, ver simplemente, con sinceridad, sin engañarse, porque ver significa cambio.

¡Se puede!

Si me ves cansado fuera del sendero,
ya casi sin fuerzas para hacer camino.

Si me ves sintiendo que la vida es dura,
porque ya no puedo, porque ya no sigo...
ven a recordarme cómo es un comienzo,
ven a desafiarme con tu desafío.

Muéveme en el alma, vuélveme al impulso,
llévame a mí mismo.

Yo sabré entonces encender mi lámpara
en el tiempo oscuro, entre el viento frío.

Volveré a ser fuego desde brasas quietas,
que alumbre y reviva mi andar peregrino.

Vuelve a susurrarme aquella consigna
del primer paso para un principio.

Muéstrame la garra que se necesita
para levantarse desde la caída.

Si me ves cansado fuera del sendero,
sin ver más espacios que el de los abismos.

Trae a mi memoria que también hay puentes,
que también hay alas que no hemos visto,
Que vamos armados de fe y de bravura,
que seremos siempre lo que hemos creído.

Que somos guerreros de la vida plena,
y todo nos guía hacia nuestro sitio.

Y que un primer paso, y que un nuevo empeño,
nos lleva a la forma de no ser vencidos.

Que el árbol se dobla, se agita, estremece,
deshoja y retoña, pero queda erguido.

Que el único trecho que da el adelante
es aquel que cubre nuestro pie extendido.

Si me ves cansado fuera del sendero,
solitario y triste, quebrado, herido.

Siéntate a mi lado, tómame las manos,
entra por mis ojos hasta mi escondrijo.

Y dime . . . ¡SE PUEDE!, e insiste,¡SE PUEDE!,
hasta que yo entienda que puedo lo mismo.

Que tu voz despierte, desde tu certeza,
al que de cansancio se quedó dormido.

Y, tal vez, si quieres, préstame tus brazos,
para incorporarme, nuevo y decidido.

Que la unión es triunfo cuando hombro con hombro
vamos,¡sí, se puede!, con el mismo brío.

Si me ves cansado fuera del sendero,
lleva mi mirada hacia tu camino.

Hazme ver las huellas, que allá están marcadas,
de un paso tras otro por donde has venido.

Y vendrá contigo una madrugada,
la voz insistente para un nuevo inicio.

Asombroso discurso de un Veterano

DISCURSO DE MIKE PRYSNER indicando quienes son el enemigo verdadero de su pais.

domingo, 17 de enero de 2010

Cuento Hindu

Cuentan que hace muchos años en India había dos jóvenes que eran grandes amigos. Trabajaban en una pequeña aldea y decidieron ir a pasar unos días a la ciudad.

Cuando llegaron a ella, comenzaron a caminar por las calles populosas, llenas de actividad y gentes bulliciosas. Y así fue que llegaron a una gran calle donde se encontraba un conocido burdel que estaba frente a la casa de un hombre santo muy famoso.

Uno de los amigos decidió pasar unas horas en el burdel, bebiendo y disfrutando de las bellas prostitutas, en tanto que el otro optó por pasar ese tiempo en el santuario, escuchando al maestro que hablaba sobre la conquista interior.

Cuando había pasado un buen rato, el joven que estaba en el burdel comenzó a lamentar no estar escuchando al maestro en el santuario, en tanto que el otro amigo, por el contrario, en lugar de estar atento a las enseñanzas que estaba oyendo, estaba fantaseando con los placeres del burdel y reprochándose a sí mismo lo necio que había sido por no elegir la diversión.

De este modo, el hombre que estaba en el burdel obtuvo los mismos méritos que si hubiera estado en el santuario, y el que estaba en el santuario acumuló tantos deméritos como si hubiera estado en el burdel. Mientras tanto el maestro seguía hablando del valor de vivir el momento presente con todo el ser y el corazón y decía:

"No basta con estar físicamente presente, ni con hacer los gestos o decir las palabras de forma mecánica. Precediendo a los actos, está la actitud interior, la conciencia del acto y sus consecuencias. En la actitud interior, en la conciencia del acto se encierra su autentico valor".

Pero el discípulo perdido en sus fantasías no lo escuchaba.

Anthony de Mello

EL OBSERVADOR DESAPEGADO


Desarrollar una actitud espiritual y elevada requiere comprender y practicar una virtud a menudo incomprendida, pero esencial en nuestro desarrollo interno: el desapego.

Una práctica muy beneficiosa es la de posicionarnos como un observador desapegado. La actitud y el estado interno de un observador desapegado nos liberan de absorber las influencias de cada palabra, sentimiento y actitud, evitan que nos impliquemos en exceso en lo que está sucediendo y nos permiten transformar nuestras tendencias reactivas. Observar nos proporciona paciencia y claridad para pensar y actuar con precisión. Observar crea un foco interno que nos permite ver la realidad con mucha más objetividad.

Fortalecemos el desapego cuando comprendemos y practicamos la conciencia de ser un depositario. Tenemos una relación con todo lo que nos rodea. Obviamente, la relación que tenemos con las personas y objetos de nuestro entorno inmediato es más íntima que con el resto del mundo. Con frecuencia, la relación se vuelve en mayor o menor grado posesiva. En nuestras mentes pensamos que poseemos cosas como coches y casas, trabajos y proyectos, posiciones, y quizás incluso otras personas.

Lo que olvidamos es que no podemos poseer nada. Podemos cuidar, podemos usar, podemos disponer. Pero no podemos poseer. Como reza el dicho: cuando te vayas, no puedes llevártelo contigo. Y sin embargo, es la idea de posesión la que yace en la raíz de todos los miedos y conflictos. El miedo a la pérdida, el miedo a no poder conseguir lo que ya hemos decidido que es nuestro en nuestras mentes.

Por tanto, ¿qué relación mejor podemos elegir que se lleve todos nuestros miedos? La de ser un depositario. En el río de la vida, todo nos llega en confianza, para que lo usemos con sabiduría y después lo soltemos. La conciencia del depositario nos libera de la tensión de codiciar y almacenar. Vernos como depositarios de todo lo que recibimos, incluso de nuestro cuerpo, fortalece nuestra capacidad innata de cuidar de todo y de todos con amor y dignidad. Es un sentimiento mucho más relajante para relacionarnos con todo aquello (personas y recursos materiales) que tenemos el privilegio de recibir en la vida.

Finalmente, es con desapego y con la conciencia de un depositario, que podemos experimentar el amor de Dios. Del mismo modo que la rosa está desapegada de las espinas que posee y sigue esparciendo su fragancia, un alma desapegada desarrolla la capacidad de no influenciarse por las personas o circunstancias que la rodean. Su conciencia va más allá de las cosas limitadas y permanece en conexión con lo ilimitado.

El amor de Dios es ilimitado, no fluctúa y es constante. La belleza del amor de Dios es que proporciona al alma la experiencia de todos los logros. Pero para lograrlo, es necesario practicar desapegarse de todas las influencias limitadas y permanecer absorto en los logros espirituales ilimitados. Tales logros son los que permiten al alma acumular fortaleza, felicidad y amor espiritual, entre otros muchos tesoros.

Brahma Kumaris World Spiritual University

viernes, 15 de enero de 2010

"Desplegá tus dones"


Por Julio Andrés Pagano

El pulsar de este mensaje es un refinado espejo donde la luz de tu espíritu se refleja, para que contemples su intenso brillo en medio de la sofocante sensación de agitación y confusión que se apropia de las calles. Ese resplandor está ahí para que recuerdes tu propósito de alumbrar entre las vibraciones densas que se abastecen del miedo para impedir que más corazones se abran y sientan. Seguí brindado apoyo. Encarnaste para iluminar. Auxiliá. Desplegá tus dones.

Movilizarse en espacios caóticos y desarmonizados, donde se respira violencia e inseguridad, a veces hace que olvidemos nuestro propósito de servir, por eso estas diáfanas palabras revelan los destellos de tu esencia para que rememores el noble sentido de tu paso por la Tierra. Estas instancias son decisivas. Aceptamos trabajar para alumbrar la oscuridad de la inconsciencia. Más personas precisan vivenciar que el amor es el camino que libera, sana, eleva y equilibra.

La energía que desde el centro de nuestra galaxia está llegando con mayor celeridad tiene el insondable poder de llevarnos hacia nuestro cielo interno si somos capaces de desacorazarnos y fluir, en vez de resistir y permanecer entre súplicas y lamentos. Somos puentes que enlazan lo mundano y lo divino. Nuestro leal compromiso está en lograr que otros se animen a volar, plasmando en la dimensión física sus anhelos y sentimientos más genuinos. A eso vinimos.

El camino de ascensión es una colosal cruzada que exige no sucumbir. Por eso hoy volverás a levantarte, volverás a empoderarte e irradiarás todavía más. Millones de hombres y mujeres necesitan señales claras y confiables que los impulsen a Ser, para trascender la indiferencia y el desánimo que les dificultan reconocer que el amor es la vía hacia un presente más reluciente, próspero y humano, donde vibremos unidos. Que suene bien alto el cuenco cristalino de tu fe.

Nadie está exento de los golpes y el cansancio, de ahí que estas letras espejen el fulgor de tu interior para que renueves tu confianza y liberes todo tu potencial. Saben que tenés el temple necesario para seguir esparciendo la luz de la consciencia. Se te cuida. Se te ama. Se te alienta a continuar. Tu bella maestría es llamada nuevamente al escenario de la vida para activar a los ángeles humanos que aún duermen. Sos asistido. Abrí tus alas. Relumbrá. Desplegá tus dones.

El Camino de Salida

Muchas personas están aprendicndo a ser responsables de sus propias acciones. Cada vez se vuelve más dificultoso arrojarle tus problemas a otro, diciendo: "Tu tienes la culpa de mi sufrimiento." No. Tu sufrimiento es tu exclusiva elección. Tu gozo también es tu elección.

Esas elecciones, así como las variantes entre una y otra, están a tu disposición en cualquier momento.

Con demasiada frecuencia permites que los sentimientos pasajeros del estado de tu cuerpo, representen mal a quien eres en tu interior. Si tienes un dolor de cabeza, podrías presentarte de mal humor y algo bruscamente. Si te duele el estómago, podrías aparecer como un gruñón. Si dormiste menos de ocho horas, al día siguiente podrías estar irritable y enfadado. El mismo cuerpo, cuando ha descansado y se siente bien, puede ser muy amoroso, tierno, cariñoso y abierto al mundo. ¿Cuál eres? ¿Cuál es el real? ¿Sería posible vencer los estados transitorios de desequilibrio del cuerpo y las emociones y continuar expresando al ser amoroso que eres?

- John-Roger
de: El Camino de Salida

miércoles, 13 de enero de 2010

Casa Abierta -. Nuevo Horizonte - 16 Enero 2010


Reiki - Masaje Terapeutico, Champi y Metamorfico
Reflexologia - Biomagnetismo - Tarot Orientador - Yoga - Meditacion - Biodanza
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14:00 Hrs - Yoga Kundalini y Deeksha
16:00 Hrs - Hata Yoga
17:00 Hrs - Biodanza
18:30 Hrs - Meditacion Dinamica

Cierre de Autoreconocimiento y Armonizacion Musical

Adhesion General $ 2000
Te da derecho a Actividades grupales + 1 Jugo Natural

Terapias Individuales $ 5000 c/u


Contacto. Gemma Calderon
Cel. 9 3215132

TE ESPERAMOS
GRACIAS POR TU APOYO EN EXTENDER ESTA INVITACION ENTRE TUS AMISTADES

martes, 12 de enero de 2010

jueves, 7 de enero de 2010

21 Enero 2010 - Meditacion Activa - Abriendo el Corazon


La meditacion activa es una técnica para meditar bastante extraña si tenemos en cuenta que lo que se busca a traves de la meditacion es armonizar cuerpo, mente y emociones mediante el silencio y la concentracion; la meditacion activa representa características muy tribales, lo que implica una involución para la formación humana actual.

La meditacion activa a diferencia del resto de las tecnicas conocidas, no consiste en simplemente sentarse a meditar, tambien contiene movimiento corporal que acompaña el caos mental que tantas personas suelen tener y a medida que va pasando la meditacion comenzamos a relajarnos gradualmente. Los seguidores de estas practicas aseguran que la meditacion activa representa la llave hacia una vida llena de placer, potencia y energia. Se dice que su practica aumenta el nivel energetico, ayuda a combatir el stress, la fatiga y por otro lado, la meditacion activa ayuda a desarrollar la capacidad de dar amor tanto para uno mismo como para los demas. Otro de los factores mas importantes a tener en cuenta es que este tipo de meditacion resulta ser un excelente medio para fortalecer y energizar el estado de animo, lo que lo convierte en un metodo antidepresivo muy eficaz.

Osho dio a conocer y promovio estas tecnicas con el fin de limpiar el caos y la locura, junto con el stress interno consiguiendo niveles de energia muy altos; además las técnicas, en especial la meditacion activa resulta ser muy util para contactar el poder personal de cada uno y lograr superar emociones causadas por situaciones infelices.

Meditacion Activa - Abriendo el Corazon
Fecha: Jueves 21 de Enero de 2010
Centro de Terapias Reiki Lur
Pedro Lautaro Ferrer 2069
(Diagonal Oriente con Pedro de Valdivia)
Tel. 205 4163
Providencia – Santiago
Adhesion: Aporte Voluntario
Horario: 19:30 Hrs
Cupos Limitados – Reserva tu Inscripción


Facilitador:
Daniel Miccael Sais
Terapeuta, Técnicas de Meditacion y Manejo del Estres
Tel. 7-6934227
miccaelsais@earthcontact.net

¿Cómo es Ser Tú?

El sendero hacia el verdadero ser te llevará a través de tu cuerpo, tu imaginación, las emociones, tu mente y el inconsciente porque esas son las condiciones de la experiencia humana. Detente un momento para observarte. Tal vez te sientas fuera de equilibrio y tu mente ande por todos lados,  pero aún así, puedes observarte. Tu observador interno no va a estar agitando una bandera para llamarte la atención, pero si te has mantenido quieto, atento y presente, sentirás su presencia.

¿Qué sucedería si lo que está atento – tu observador interno – es Dios? Qué ironía pensar que estamos yendo de acá para allá buscando al Espíritu, a Dios y todo ese tiempo, Dios está dentro nuestro, mirando cómo lo buscamos. Muchos de nosotros pensamos que si Dios estuviese presente, habría muchas manifestaciones, carrozas doradas o un coro de ángeles. Buscamos algo fenomenal, algo que nos haga sentir que somos especiales. Pero tal vez Dios esté presente en el acto común y corriente de observar.

- John-Roger con Paul Kaye
De: ¿Cómo es Ser Tú?

Taller - Sanand@ Nuestr@ Niñ@ Interior


Sanand@ Nuestr@ Niñ@ Interior

¿Que es nuestro niñ@ interior?

Es esa parte que esta conectada con nuestras necesidades mas basicas, por lo tanto con nuestros chakras inferiores. Tiene que ver con nuestros dolores y berrinches; es basicamente nuestros cuerpo emocional al servicio de los aspectos mas densos y dañados de nuestra personalidad.

El lado equilibrado y sano tiene que ver con la alegria, la creatividad, la sexualidad, el gozo. etc; en fin las emociones mas ludicas, divertidas y postivas del ser humano.

Te invitamos a que despertemos y sanemos al niño que llevamos dentro, porque es el encargado de mostrarnos la felicidad en las pequeñas cosas y eso forma parte del gran misterio de la vida.

El momento de sanar es siempre el presente y, es muy triste y doloroso continuar criticando y maltratandonos, asi no hay forma de crecer, de amar y ser los Seres Maravillosos y dejar brillar nuestra Luz.

Sanando Nuestr@ Niñ@ Interior
Fecha: Sabado 30 de Enero de 2010
Centro de Terapias Reiki Lur
Pedro Lautaro Ferrer 2069
(Diagonal Oriente con Pedro de Valdivia)
Tel. 205 4163
Providencia – Santiago
Adhesion $25.000
Horario: 09:00 – 18:00 Hrs
Cupos Limitados – Reserva tu Inscripción

Facilitador:
Daniel Miccael Sais
Terapeuta, Técnicas de Meditación y Manejo del Estrés
Tel. 7-6934227

Esther Hicks - Abraham- Viviendo la vida en el aprecio