lunes, 19 de noviembre de 2012

Hablando de vinculos y relaciones



Muchas veces me he encontrado analizando mis relaciones pasadas a razón de una terapia efectuada, o una conversación profunda con alguna amistad. Realmente debemos ser conscientes que las relaciones tóxicas son más comunes de lo que creemos, se pueden dar entre parejas, pero también entre amigos o familiares. Son relaciones que nos enganchan, muchas veces en una red negativa de la que nos es en circunstancias difícil salir cuando no tenemos las capacidades, recursos, competencias y habilidades necesarias para enfrentarlas.
Considero que una relación toxica se comienza a dar si a ratos preferirías no estar con esa persona porque te hace sentir mal, porque tu vibración cambia, porque te altera hasta puntos que nunca creíste llegar, si te sientes manipulado o manipulada a través de sentimientos de culpa, sarcasmo o ironía que esta persona te comunica, si sientes que mereces realmente un trato mejor, y te es complicado poner fin a esta relación, entonces estás atrapado o atrapada en una relación tóxica.

En definitiva se trata de una relación donde una parte o ambas sufren más que experimentar alegría o satisfacción al estar juntos. Ambos en este tipo de relación se ven sometidos a un gran desgaste emocional con el objetivo de convencerse a ellos mismos que pueden salvar esa unión.

Al tratar de acomodarnos a la otra persona lo que hacemos es desvirtuar la realidad ¿En qué sentido? Nos convencemos a nosotros mismos que sino mostramos malestar sobre ciertos aspectos que nos incomodan, evitaremos una nueva confrontación. ¿Pero qué pasa cuando nos negamos a nosotros mismos? Que nos enfermamos física y emocionalmente. Yo he aprendido que la represión emocional nos provoca ansiedad y estrés.

Por otro lado empiezan los problemas de comunicación, sino nos mostramos como somos ¿cómo nos van a entender los demás?, ¿Cómo es posible que otro nos dice querer, amar o para quien somos tan importantes, sea incapaz de entendernos? Sencillamente por el hecho de nuestra falta de comunicación efectiva, por lo que todo este conjunto de malestares acaba pasándonos factura de alguna manera.

Realmente las RAZONES por las que podemos mantener una relación tóxica pueden ser muy diversas, pero casi todas tienen una serie de puntos en común.

¿Qué es la autoestima? Es un conjunto de percepciones, valoraciones y sentimientos que hacemos con respecto a nosotros mismos. Se considerará baja cuando nuestras creencias estén basadas en no ser merecedores de algo mejor, por lo que en el caso de este tipo de relaciones se tiene la idea de que no podemos estar sin esa persona porque ella es la que siempre ha estado ahí, es la manera en que hemos creado nuestro el mundo, a veces creemos que es quien ha estado allí para ayudarnos, motivarnos y protegernos en todo, aunque esta solo sea una forma de verlo, y solo sea una proyección personal. Empiezan las preguntas recurrentes como ¿y ahora quién me va a cuidar? ¿Quién me va a querer o amar? ¿Quién me va a animar a seguir adelante?.


Y por el contrario, podemos tener la creencia o sensación de que nosotros somos los salvadores, protectores y guías de esa persona, que podemos calmar sus malestares y conseguir que vea la realidad desde otro punto de vista idóneo para ambos. Se fantasea con el hecho de que hemos llegado a su vida para ayudarle y hacerlo cambiar, que con nosotros la cosa será diferente. Esto provoca mucha frustración y mucho sufrimiento, ya que hemos basado nuestra relación en unas expectativas poco reales, en vez de basarla en el presente, en el regalo del aquí y ahora.
 
Si bien es verdad que se pueden cambiar rasgos de personalidad en la otra persona, esto sólo sucederá cuando esa persona esté dispuesta a cambiarlos y nunca antes. Por lo que el deseo de mejorar la vida del otro no tiene que significar que el otro la quiera mejorar, es aquí donde me parece que se produce la frustración. Muchas veces es imposible cambiar nuestro entorno, las circunstancias, los estímulos, la situación; pero la gran noticia aquí, es que si podemos cambiar la actitud con la que nos enfrentemos a él.


En ciertas relaciones y vínculos llegamos a creernos las palabras hirientes que nos dicen y pensamos ¿quién nos va a querer más que está persona?. Si tan mala persona soy y no me merezco nada, ¿cómo voy a dejar esta relación con la suerte que he tenido de dar con alguien que si me aguante?. Muchos se aterran frente a la posibilidad de nuevas relaciones basadas en amor y respeto, diciendo todo lo negativo de su personalidad, como si fuera una lista negra de requisitos que el otro debería aceptar. Ese miedo a quedarnos solos y pensar que tenemos lo que merecemos, es lo que acaba siendo más limitador. Una vez más aparece la inseguridad.

Es cuando podríamos argüir que comienza la dependencia emocional. En esta instancia tratamos de suplir nuestras carencias afectivas con esa persona, pretendemos que nos de lo que nosotros mismos no somos capaces de gestionar. Esta sensación en ocasiones nos lleva a mendigar afecto, complicidad, cariño y cercanía y es, sin duda, cuando empiezan los desencuentros emocionales.


Quizás el miedo a quedarnos solos sea la característica más común, ya que por miedo a esta situación toleramos cualquier tipo de relación, aunque ésta nos haga sentir mal. Pero según mi parecer no hay peor sensación que la separación emocional, y ¿no es peor la sensación de estar sólo aún estando acompañado?

Debemos ser bien consciente para evitar confundir soledad con desolación, la soledad es un estado donde encontramos muchas veces la paz interior, por el contrario, la desolación es sentir esa carencia de no estar acompañado de alguien que consideramos nos aporta y nutre en otros aspectos que nos integran.

 
Me he dado cuenta que son muchas las personas que se acomodan a este tipo de relación, aunque por mucho malestar que les brinde y aporte, por miedo a seguir adelante con sus vidas y abrir nuevos caminos, y nuevos vínculos y relaciones más integradas, amorosas y respetuosas. Es lo que yo defino se conoce como zona de seguridad, aunque en este caso es una seguridad ficticia e irreal.


Una cosa está clara, el amor nunca ha sido esa sensación de malestar, ni dependencia, ni miedo, ni dolor, menos coerción o utilización, el amor es libertad, poder de elección, sentimientos de convicción y satisfacción. Sino sentimos eso, entonces es una relación toxica y no es amor.
Hoy puedo decir que aprendo y me alegra saber que he tenido grandes maestros y maestras en quienes me he relacionado en el pasado, desde mis padres hasta mis parejas, y me han ayudado enormemente a crecer y desarrollarme en este aspecto, muchas gracias por ser espejos de mi, y por apoyarme en mi propia integracion. Hoy disfruto sanamente y coherentemente de mejores relaciones en muchos aspectos de mi vida. Deseo que para ti, también sea así.
 
Abrazos fraternales en la luz del amor


El Centro Mistico del Corazon

 
 
Por Vicente Beltran
 
Las personas inteligentes y de buena voluntad del mundo, sea cual fuere su nacionalidad, su fe o su creencia, están vinculadas necesariamente con un principio ético universal. Este principio ético está representado en el corazón de todos ustedes. Habitualmente aceptamos el corazón sólo como un órgano destinado a producir la energía que da vida al organismo físico; ha llegado el momento, sin embargo, de que al corazón se le asigne su verdadero valor causal o divino.
Naturalmente, que hablar del corazón hoy día, dentro de un mundo inmerso en tantas crisis y dificultades, con el sufrimiento engendrado por las vicisitudes de tantos acontecimientos negativos puede aparecer como un romanticismo o como algo superficial. Yo les digo a ustedes que están aquí porque su corazón así lo ha dispuesto; el corazón sabe más que nosotros mismos, si podemos utilizar esta expresión, la mente se limita a observar, a efectuar deducciones, a crear obstáculos a veces a la propia vida individual.
El corazón jamás les traiciona, jamás se equivoca, y naturalmente, debido a la presión de los tiempos, a la angustia del corazón oprimido de tantos seres humanos que han perdido su fe en sí mismos y en los demás, el corazón real, aquel que nos da vida y santifica nuestra conducta, está exigiendo de nosotros un esfuerzo de adaptación a sí mismo.
A través del tiempo, hemos creado un sinnúmero de edificaciones internas para buscar el centro místico del corazón, llámesele Dios, la Verdad, la Luz etc.; sin embargo, la condición misma de esta estructura buscando una finalidad definida, que es genuinamente mental, nos ha apartado radicalmente de este centro místico del corazón, y por tanto, faltos de este convencimiento vivo, que sólo lo da el convencimiento místico de la Verdad, hemos perdido la fe en todo cuanto nos rodea, y lo que es peor, la fe en nosotros mismos, en aquello que está más allá de las características mentales del afán de las locas conquistas y también del esfuerzo por dominar el deseo sujeto a la presión del tiempo.
Entonces, se le presenta al investigador profundo, a aquella persona inteligente y analítica que ha ido observando progresivamente la ilación de los acontecimientos vitales tal como se desarrollan en la humanidad, que se ha dado cuenta de las crisis y dificultades que acompañan la acción del tiempo, que ha reconocido sin duda, porque es aparente, que ningún sistema político, ni religioso, ni social, ha logrado introducir al hombre en la cámara secreta de sí mismo, lo cual implica ante todo y por encima de todo que ha errado su camino.
Cuando existe en la humanidad organizada y en el ambiente social donde desenvolvemos nuestras actividades cotidianas, esta pérdida de fe y esperanza, es porque ha fallado la estructura, sea cual fuere el nombre que le adjudiquemos, sea cual fuere su importancia; la importancia de una estructura no depende de la propia estructura, depende de los hombres que la gobiernan o de aquellos que la han construido. Pero…, si falla el hombre en sí mismo, si falla su fe en su propia estructura ¿qué será de la estructura que el hombre haya construido?
Los tiempos actuales son rigurosamente drásticos, y esto ustedes lo habrán comprobado sin son observadores inteligentes de lo que está ocurriendo actualmente en el mundo y en su propio país. Hay una convulsión total dentro de la organización específica que rige los destinos de una nación, no solamente en la gran República Argentina sino en todos los países del mundo se está observando esta precipitación, yo diría de energía cósmica que está produciendo un despertar interno en todos los seres humanos, sea cual sea su condición, sea cual sea su fe, su creencia o los motivos inviolables de su búsqueda. Así pues, ¿qué vamos a hacer, para reducir el bagaje kármico de los acontecimientos del tiempo, qué vamos a hacer para introducirnos virtualmente dentro de nosotros mismos donde se halla el asiento inmutable de la Verdad?
¿No será dejando de depositar la fe en las estructuras que hemos construido? ¿No será, asignándole a la mente una importancia secundaria?, porque la mente nos ha traicionado, porque la mente que fabrica todas las complicaciones del tiempo no nos ha deparado la Verdad que ansiamos, no ha llenado nuestra vida de paz, de tranquilidad, de fe y de esperanza. Hay que retornar al principio, hay que volver a lo que fuimos siempre, darnos cuenta de lo que somos ahora, ver la diferencia entre la virginidad absoluta del corazón y el pecado de la mente, aplicándole al pecado todo ese sistema discriminatorio de valores psicológicos que nos han ido separando los unos de los otros.
¿Cuál es esta condición necesaria? No será un premio a la abnegación sino un triunfo de la comprensión por encima de las decisiones de la mente, no se comprende con la mente, con la mente se conocen las cosas, pero con el corazón se comprende exactamente nuestra relación con los demás; y ahí, en esta relación con los demás, ha fallado el espíritu del hombre.
Se impone por tanto una reorientación total de todo nuestro equipo psicológico, centralizando todas nuestras energías y dirigiéndolas hacia el camino justo y apropiado, el camino que va hacia adentro y no el que va hacia afuera. Hacia afuera, ¿qué es lo que vemos? El dolor, el sufrimiento, la angustia, la esperanza, el temor de todo aquello que hemos fabricado. Hacia adentro está lo desconocido, la paz inmortal, el poder redentor, la salvaguarda de los intereses cósmicos.
Siendo así, es posible, esta reorientación nacida de la comprensión y no del conocimiento intelectual. El hombre puede ser un erudito, puede ser una mente supercargada de conocimientos esotéricos o profanos y, sin embargo, no tener la llave que abre la puerta que conduce al corazón. Esto es evidente porque ustedes se darán cuenta que han fallado por su base todas aquellas estructuras en las cuales habíamos confiado y si falla la estructura es porque ha fallado la base de la propia creación, o que la creación ha sido inducida por falsos móviles y hemos perdido así nuestra capacidad de decidir por nosotros mismos, ya no decide el hombre, decide la estructura que él mismo ha creado y en esta decisión de la estructura se halla cerrado el camino que conduce al hombre interno, al hombre interno que somos todos nosotros, este ser humano glorioso en quien descansa la salvación del mundo, que no puede estar sujeto a las variaciones temporales porque este ser interno vive en la Gloria de lo eterno.
Y yo digo y afirmo, que la Gloria de lo eterno está aquí entre nosotros, que no constituye una meta lejana sino que nosotros podemos salvaguardar los valores del espíritu y producir el nuevo tipo de hombre que anhela la sociedad del futuro, pero no confiemos tanto en el futuro como en el presente, la única manera de ser creadores, es empezar aquí y ahora un nuevo sentido de valores éticos y sociales, basado en el conocimiento de sí mismos, basado en la actividad interna, basado en la inoperancia del “yo conceptual” que ha creado las modificaciones ambientales, que ha creado todo el sistema de valores establecidos, que ha creado todos los departamentos de actividad humana, y todo esto ha fracasado.
Ustedes se dan cuenta que ha fracasado, aquello en lo que ustedes habían depositado su esperanza, porque aquello no son ustedes, aquello es una creación inexacta, incorrecta y, permítanme decirlo, hasta cierto punto inmoral, porque inmoral es siempre la lucha entre las diversas estructuras mentales que el hombre ha creado, nos peleamos por razones muy superficiales, como por ejemplo el camino que conduce a Dios, el camino que conduce al corazón. No discutimos en términos de corazón sino en términos mentales, en términos de conocimientos, en términos de estructuras.
Ahora, con la presión de la Nueva Era, con la presión de la energía cósmica que el corazón humano está invocando se presenta la oportunidad de una nueva gloria social basada siempre en la comprensión de los problemas humanos, no en simples estadísticas y entonces surgirá triunfante la Verdad que debe conducirnos a la Paz, al equilibrio de valores psicológicos, en definitiva al Karma, la Ley de la justicia, que es paz integral y es libertad absoluta.

martes, 13 de noviembre de 2012

La mente dividida



El punto central del libro La Mente Dividida del Dr. John Sarno coincide con el de esta interesante reflexión del Dr. Torres UCV y experto en Psico-neuro-inmunolinguistica PNIL.

El Dr Sarno dice: LA PENA QUE NO SALE EN LAGRIMAS HACE LLORAR OTROS ORGANOS.

El Dr. Torres dice: EL CUERPO GRITA … LO QUE LA BOCA CALLA.

“La enfermedad es un conflicto entre la personalidad y el alma". -Bach.

Algunas veces… el resfrío "chorrea" cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta "tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir.
La diabetes invade cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.
El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.
La presión sube cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Las rodillas duelen cuando tu orgullo no se doblega.
El cáncer mata cuando no perdonas y/o te cansas de "vivir".

¿Y tus dolores callados? ¿Cómo hablan en tu cuerpo?
La Enfermedad no es mala, te avisa que te estas equivocando de camino.

El camino a la felicidad no es recto, existen curvas llamadas EQUIVOCACIONES, existen semáforos llamados AMIGOS, luces de precaución llamadas FAMILIA, y te ayudara en este camino el tener: Una llanta de repuesto llamada DECISION, un potente motor llamado AMOR, un buen seguro llamado FE, abundante combustible llamado PACIENCIA, pero sobre todo un experto conductor llamado DIOS Creador.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Algunos pilares de la Autoestima

 
 
De muchas maneras, en el último tiempo he estado enfocando mis energias y mi trabajo hacia hacia el desarrollo de la auoestima; en este enfoque y busqueda de mejores competencias he dado con innumerables maneras de abordar el tema y tematias, asi como autores y visiones.
 
Nathaniel Branden es un psicoterapeuta canadiense cuya obra está principalmenbte enfocada en el estudio de la Autoestima, campo en el que fue pionero. Partiendo desde la psicología llegó a conclusiones equivalentes a las de quienes abordaron la misma problemática pero desde un punto de vista “espiritual”, como la conocida Louise L. Hay.
 
El siguiente es un fragmento de su libro “Los seis pilares de la autoestima”:
La autoestima se manifiesta de una manera sencilla y directa. Cuando observamos en una persona la mayoría de las siguientes cualidades, seguramente estamos frente a alguien que tiene un saludable nivel de autoestima:
  • La autoestima proyecta el nivel de placer que experimenta una persona por el solo hecho de estar viva, en la expresión de su rostro, en su modo de hablar y en su lenguaje corporal.
  • La autoestima se expresa en la tranquilidad con la que se habla de las virtudes y de los defectos, de forma directa y honesta.
  • La autoestima se manifiesta en la comodidad y el placer que la persona experimenta al dar y recibir cumplidos, afecto o amor.
  • La autoestima se reconoce por la apertura a las críticas y la capacidad de reconocer los errores. No está ligada a la imagen de “ser perfecto”.
  • La autoestima puede observarse en la armonía que existe entre lo que se dice y lo que se hace.
  • La autoestima se revela en la actitud de mostrar curiosidad y estar abierto a nuevas ideas, nuevas experiencias o nuevas posibilidades.
  • La autoestima se manifiesta en la capacidad de disfrutar de los aspectos alegres de la vida, de uno mismo y de los demás.
  • La autoestima se expresa a sí misma en la flexibilidad personal al responder a obstáculos y desafíos, ya que se confía en uno mismo y no se ve la vida como algo desagradable o penoso.
  • La autoestima se reconoce en un comportamiento firme (no inflexible) consigo mismo y con los demás.
  • La autoestima permite conservar el equilibrio emocional en situaciones de estrés.
  • Cuando los sentimientos de ansiedad o inseguridad, si aparecen, son razonablemente fáciles de controlar y trascender, el nivel de autoestima suele ser elevado.
  • La tranquilidad y la espontaneidad van de la mano de la autoestima. Reflejan el hecho de que la persona no está en guerra consigo misma.

Abrazos fraternales en la luz del amor