lunes, 17 de junio de 2013

La gran muralla: La Culpa



Equivóquese o siéntase culpable, pero no ambas cosas a la vez; es demasiado trabajo ( Rudolf Dreikurs)

Cuando se comete un error o hace algo que daña a otro, la lamentación y el arrepentimiento son sentimientos muy normales, que a su vez pueden influir de manera muy positiva para generar cambios de comportamiento.

El sentimiento de culpa, sin embargo, va mas allá del arrepentimiento y la lamentación. Ya que el sentimiento de culpa nace de la terrible confusión entre el juicio sobre la valía de las personas, los acontecimientos y el juicio sobre el valor de los actos. Todas las personas son mas que sus actos.

El problema de la culpa no esta en sentirse mal por lo que se ha hecho, sino en calificarse de mala persona por lo que no se ha hecho.

En muchos casos que veo en terapia la culpa deriva en sentimientos y comportamientos indeseados, en vez de dar realmente el paso para un cambio de comportamiento. "De hecho, la culpa es a menudo un sucedáneo del cambio." A veces la culpa conduce a la acción, aunque el propósito de la acción solo sea sentirnos mejor y no beneficiar a la persona agraviada.

Lo cierto es que la culpa sirve a varios propósitos:

- Castigarme
- Disculparse de actuar como es debido
- Mostrar superioridad
- Expresar "buenas intenciones" que no son tal
- Protegerse de fuertes sentimientos de rabia
- Expresar "buenas intenciones" que en realidad son inexistentes
- Impulsar un cambio positivo

La culpa es un sentimiento complejo. Se nos ha enseñado a sentirnos culpables cuando hacemos algo mal. La culpa puede servir para castigarnos a nosotros mismos.

A veces la culpa se utiliza para resistirse a cumplir una obligación sin admitir exactamente que no se quiere hacer. Se sabe que se tiene que hacer, pero no se desea hacerlo. De modo que cuando uno no se comporta como el mismo espera, se siente culpable y espera liberarse de la acusación de mal comportamiento.

Se puede utilizar la culpa para excusarse uno mismo de actuar como es debido. Es parecido al hecho de usar la culpa para no cumplir una obligación, pero en este caso, cuando uno se siente culpable, ya esta sufriendo. ¿por que añadir la responsabilidad de cambiar?

En ocasiones la culpa se utiliza para expresar superioridad. Cuando se actúa mal, "uno tiene la decencia de sentirse mal al menos". Es decir, se muestra abatido, mientras que los demás no tienen la integridad de sentirse mal cuando pecan o se equivocan. ¡No son tan buenos como los que sufrimos!.

La culpa sirve también para protegerse a uno mismo de la rabia, En vez de reconocer la rabia, uno se siente culpable, creyendo que es mejor sentirse mal frente al otro que hacerle saber que se esta enojado.

En general nos sentimos culpables cuando deseamos parecer buenas personas. Pero, si nuestras intenciones fueran verdaderamente buenas, sencillamente dejaríamos de actuar indebidamente.

Los sentimientos de culpa son una señal de que algo tiene que cambiar. Si realizamos el cambio necesario, la culpa entonces es saludable.

Lo cierto es que tenemos ideas que nos hacen propensos a culpabilizarnos. Si mantenemos una o varias convicciones o ideas irracionales, seremos presa fácil de los sentimientos de culpa:

* Tengo que ser perfecto
El perfeccionismo nos conduce a la culpa. Si crees que "tienes" que ser perfecto, no "puedes" tolerar los errores. Y dado que todos cometemos errores, nos sentiremos culpables. La sensibilidad del perfeccionista ante las criticas le hace susceptible de sentirse culpable.

* Tengo que complacer a los demás.
Las personas complacientes fallan siempre, ya que es imposible complacer a todo el mundo a la vez. Además, habrá otros complacientes manipuladores que jueguen con el sentimiento de culpa. Las personas complacientes siempre dicen SI. Decir lo contrario te hará sentir abrumado y culpable,

* Yo tengo la razón.
Querer tener siempre la razón es una tarea imposible. Es una tarea que es imposible de cumplir y nos hace caer en la culpa.

*Tengo que llevar el control
Llevar el control en las relaciones interpersonales requiere una tremenda energía. Las personas y las situaciones escapan a todo control y el controlador no puede manejar esa realidad. Además, los que intentan dominar el autocontrol tienen flaquezas de vez en cuando y se sienten culpables cuando fallan, como todos lo hacemos en ocasiones.

* Tengo que ayudar a los demás.
Los ayudantes crónicos, incluidos profesionales consejeros, psicólogos, enfermeros, asistentes, por nombrar algunos, a menudo ofrecen su ayuda tanto si se les pide como si no. La ayuda no solicitada generalmente irrita a las personas. Cuando se rechaza su ayuda, los asistentes y ayudantes confunden el rechazo de ayuda con el rechazo personal. Incluso la ayuda solicitada puede fallar. Puede que se ayude de un modo no esperado, por ejemplo, y puede uno sentirse culpable cuando las cosas han funcionado mal o distinto a lo que esperábamos.

* No soporto que se enojen conmigo
Si eres una de las millones de personas que temen el enojo, te sentirás en falta si alguien se enoja contigo. Así impides que los demás se sientan responsables de su propio enojo.

* He de tener éxito.
Al igual que los perfeccionistas, los ansiosos del triunfo se sienten abrumados porque intentan siempre ir en la delantera o estar en la cumbre. Dado que el éxito continuo y perpetuo es un objetico inalcanzable, este tipo de personas es presa fácil de los sentimientos de culpa.

* Valgo menos que los demás.
El sentimiento de inferioridad y el de culpa van unidos, están unidos. Las personas que se sienten inferiores se consideran culpables porque creen que valen menos que los demás. En el fondo de su inferioridad esta la creencia de que para valer mas, tengo que ser mejor que los demás. Es por ello que esas personas van por la vida con una vara midiendo constantemente todo y muy a menudo se dan cuenta que nunca dan con el ancho o la talla.

Podemos dilucidar como provocamos nuestros propios sentimientos de culpa examinando nuestras ideas y pensamientos. Las ideas y pensamientos generadores de culpabilidad se traducen en afirmaciones sobre nuestra valía personal y están repletos de términos como tengo, debo, siempre, nunca, no puedo, es terrible, es horrible. Son términos que reflejan las convicciones personales que acabamos de revisar:

- Me he equivocado. No debería haber hecho esto. Es terrible. No soporto equivocarme (implicación: "Debería ser Perfecto"). No valgo nada

- El se ha disgustado conmigo porque no he hecho lo que el quería. ("Tengo que complacer a los demás" o "No soporto que se enojen conmigo"). No puedo fallarle. ¡Es horrible! Soy mala persona.

- Debería haberme dado cuenta. ("Tengo que se perfecto" o "He de tener razón"). Me hace quedar mal y no puedo soportarlo. Soy un perfecto idiota!!

Si nos metemos con nuestro carácter en vez de juzgar simplemente lo que hemos hecho, nos sentiremos culpables. Y si, por el contrario, nos concentramos en aquello que nos disgusta y rehusamos poner en duda nuestra valía a partir de nuestros errores, sentiremos remordimiento, de esta manera se nos ofrece mayores posibilidades de impulsar el cambio en nosotros.

La pregunta que muchos a esta altura se harán es, ¿Cómo dejar de sentirse culpable?

Los siguientes pasos nos ofrecen un proceso para liberarnos de la culpa:

- Examinar el propósito de la culpa
- Analizar las ideas y pensamientos
- Elegir nuevas ideas
- Decidir que queremos hacer
a) Seguir sintiéndonos culpables
b) Comprometernos a cambiar de comportamiento

Si deseas hacer el cambio adecuado del patrón de comportamiento es muy posible que requieras ayuda profesional a través de Sesiones de Terapia Integral Personalizada. Te invito a establecer un plan concreto, quedo atento a tus requerimientos y consultas.

Ten el valor de ser imperfecto. Ya sabes que la vida es un proyecto en curso.
Abrazos fraternales en la luz del amor

Daniel Miccael Sais




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