jueves, 25 de julio de 2013

Risa

 
 
Accidentado sendero pueblerino,
Soleados muros encalados,
Mar azul profundo.
El reír de los niños. 
 
No importa a qué lugar del mundo vayas, no importa cuántas lenguas se hablen, y no importa cuántas veces las culturas y los gobiernos entren en conflicto, la risa de los niños es universalmente levantadora de ánimos. El regocijo de los adultos puede ser variadamente celoso, inseguro, sádico, cruel o absurdo, pero el sonido de niños jugando evoca el ideal de un acto simple y puro. Ahí no hay conceptos, ni ideologías sólo el inocente placer de la vida. 
 
Como adultos nos mortificamos demasiado en nuestras gimoteadas complejidades, nuestras ansiedades existenciales, y la preocupación por nuestras responsabilidades. Escuchamos la alegría de los niños y puede que suspiremos por nuestra perdida niñez. Aunque no podamos caber en nuestras viejas ropas y volvernos jóvenes otra vez, podemos confortarnos con el optimismo de los niños. Su júbilo puede alegrarnos a todos. 
 
Con demasiada frecuencia nos apura que nuestros niños crezcan. Es mucho mejor para ellos el vivir completamente cada año de sus vidas. Déjalos aprender lo que es apropiado a su edad, déjalos jugar. Y cuando su niñez se convierta en adolescencia, ayúdalos a tener una suave transición. Entonces su risa continuará resonando con ánimo y esperanza para todos nosotros. 
 
 
365 Meditaciones Tao
Den Ming-Dao
Traducción de Karin Usach

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como siempre Miccael me encanta leer lo que escribes.
Gracias por compartir.
Un abrazo enorme.