martes, 25 de noviembre de 2014

Atrevete!. Hazlo Ahora!!

 
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Todos aspiramos a grandes cosas en nuestros sueños, pero muchos jamás llegan a alcanzan los resultados deseados. Porque miles de razones, como falta del suficiente dinero, amor, éxito ni alegría en la vida. ¿Por qué? ¿Qué se los impide?.

Muchas personas podrían citar al menos tres buenas razones por las cuales les es imposible hoy hacer lo que realmente desean. Aunque en lo mas profundo de nuestro Ser sabemos que somos capaces de hacer grandes cosas con solo proponérnoslo.

¿Es posible que lo único que lo impide AHORA sea el Miedo?. ¡Pues sí!. Es el miedo lo que nos frustra, nos paraliza, nos erosiona la autoestima y nos impone obstáculos imaginarios en el camino. El miedo impide pasar a la acción y que nunca actuamos, de esta manera nunca llegaremos mas allá de donde actualmente nos encontramos.

Sin embargo, los miedos desaparecen cuando somos capaces de enfrentarnos a ellos, y una vez que tomamos en nuestras manos nuestro propio destino, podemos tener, hacer y llegar a ser todo aquello que hemos soñado.

Muchos saben claramente cuales son esos Miedos, inseguridades y dudas que en la actualidad los mantienen paralizados. Por mi experiencia se que puedes vencer esos miedos y conseguir cuanto deseas. Así que empecemos ahora mismo, hoy.

Juntos, podemos atrevernos a triunfar.

¡Resultados asombrosos!.
Esto es lo que queremos en nuestra Vida.

Es posible que deseemos mas dinero, o quizás un trabajo más motivado y estimulante, o tal vez un Amor Verdadero o una Relación Sexual mas gratificante. Acaso secretamente soñemos con trabajar en el cine o con ser presidente, o gerente de una importante empresa, o incluso con intervenir nuestro futuro en política. Sea lo que sea, todos soñamos con ser o hacer grandes cosas, pero la mayoría, por algunas razones, nunca llega a obtener los resultados que desea. Falta del dinero adecuado, amor, éxito o alegría en la vida. No nos sentimos realizados ni satisfechos. En un sentido muy profundo y personal, percibimos que nunca estamos viviendo conforme a todas nuestras capacidades, que realmente somos perdedores, y nunca alcanzaremos la cima para ser verdaderos triunfadores.

¿Por qué?

¿Por qué no somos todos lo que queremos ser?¿Por qué no tenemos todo lo que deseamos? ¿Por qué no gozamos de prosperidad y de los abundantes bienes de este mundo?¿Qué nos lo impide?.

Si se lo preguntamos a cualquier persona corriente, estoy seguro que nos dará numerosas “buenas” razones por las que han y están fracasando

- Soy demasiado feo
- Soy demasiado gordo o flaco
- Soy demasiado alto o bajo
- Soy demasiado joven o viejo
- No soy lo bastante inteligente
- Soy demasiado débil
- Estoy enfermo
- No tengo estudios
- Soy calvo
- Solo soy una mujer, o un hombre común
- Solo soy una esposa, o un esposo
- Soy padre o madre divorciada
- Soy un perdedor, doble o triple.

Estas son algunas de las razones que dan muchas personas para explicar el porque no logran obtener lo que dicen desear y soñar. Seguro al menos puedes encontrar tres razones para demostrar que no puedes hacer lo que realmente deseas y quieres.

¿Son estas “buenas” razones de en verdad, o son simples excusas?
¿De verdad no sabemos, en lo mas profundo del corazón, que podríamos hacer cualquier cosa que deseamos con solo atrevernos?
¿No creemos que podríamos conseguir cualquier cosa, con dejar de tener dudas, inseguridades o miedo a intentarlo?.

¿Son de veras esos motivos los que nos estorban?
¡O se trata, simplemente, de que no nos atrevemos?.

Piénsalo. Las excusas siempre están ahí. Pero el atreverse esta dentro, en nuestro propio pecho, donde una mano minúscula nos aferra el corazón y nos dice: “¡Tienes miedo!”

¿Miedo?
¿Es posible que el verdadero enemigo sea el miedo?

“¿Miedo yo?”

En nuestra cultura a muchos les cuesta y menos se atreven a admitir que tienen dudas, que se sienten inseguros que realmente tienen miedo a algo

¿Cómo es posible tener miedo?.

Todos tenemos miedos. Algunas personas temen equivocarse o fallar; esta el miedo a hacer el ridículo, parecer tonto, o fracasar rotundamente si se intenta algo y no se consigue. Esta el miedo incluso a poner en apremio, o en una situación embarazosa a otras personas.

Otros podrían tener miedo al éxito. Que increíble puede parecer que triunfar podría ser más temible aun que fracasar. Si alguien no logra llegar a la presidencia de esa empresa, por ejemplo, tendría que hablar ante grupos numerosos, dirigir subordinados, confeccionar informes anuales, responder ante los accionistas. ¿Será capaz? ¿Tiene miedo a no saber hacerlo?.

Danny De Vito, que mide menos de metro y medio, se convirtió en popular figura de la televisión y en actor y director de cine de extraordinario éxito. Venció sus miedos antes de dejar que estos lo vencieran a él. Todos necesitamos dominar nuestros miedos, de uno en uno, cada vez que estos aparezcan.

Si te convirtiera en estrella cinematográfica ¿Podrías vértelas con la prensa, con los críticos, con el trabajo ante las cámaras?. Si te hicieras rico ¿perderías la amistad de tus compañeros, el amor de tu familia? ¿Significaría quebrantar alguna ley no escrita tener mas dinero que tus padres, mas que aquellos a quienes tomas por modelo?.

¿Podrían temores ocultos como estos ser los verdaderos obstáculos en nuestro camino?
¿Podrían ser ellos y no los motivos que alegamos, lo que impide nuestro avance?

Yo considero que la respuesta es un rotundo y categórico ¡Sí!.

Miedo al fracaso o miedo al éxito, la verdad es que la mayoría de nosotros no nos atrevemos a tener, hacer o ser lo que realmente deseamos. Nada exterior hay que nos lo impida; realmente solo somos nosotros mismos quienes nos lo impedimos.

Como es lógico, a casi todos nos cuesta reconocerlo. Para proteger los sentimientos, el subconsciente enmascara los miedos con excusas de aspecto totalmente razonable. Es posible que una persona sea calva, baja y lleve gafas de cristales gruesos. Por consiguiente, se dice a sí misma que nunca va a encontrar la pareja perfecta de su vida, que nunca estará felizmente casada.

Quizá eres “solo una mujer” o “solo una esposa”, o sea muy voluminosa, o muy poca cosa. Entonces el inconsciente razona que nunca podrías lograr un puesto ejecutivo en una empresa dominada por hombres y llegar hasta la cumbre y triunfar como lo hacen los grandes.

Tal vez tienes pocos estudios y desconoces como hablar asertivamente, entonces, tu inconsciente considera que nunca podrás conseguir un puesto de trabajo con un sueldo que sea digno, o adecuado.

Acaso te has arruinado, estas en bancarrota, has perdido todo tu dinero y todos sus bienes materiales, de modo que piensa que es imposible que crees una empresa importante, invertir en bienes ni aconsejar a los demás sobre como encontrar un incentivo real en sus vidas.

Acaso has fracaso ya muchas veces, así como te vas a atrever a triunfar, ¿para que hacerlo una vea mas?

¿Cierto?

¡Falso!. Lo que haces en realidad, es prestar atención a una propaganda negativa que ya tienes, o has estado adquiriendo. Te es imposible porque te has estado convenciendo a ti mismo o misma de que en nada es posible, diciéndote internamente que no se puede.!!

El miedo nos limita, nos frustra y finalmente nos paraliza. Levanta obstáculos y barricadas y nos hace sentirnos derrotados antes que nada hagamos, lo que, a su vez, produce ansiedad y sentimientos de culpabilidad que puedan abocar a una completa inmovilización o paralización por completo. El miedo nos impide intentar lo que sea, y al dejar de intentarlo, nos detenemos, con lo que se crea un completo circulo vicioso que nos demuestra que ya desde el principio aquello era imposible.

Hay personas que se lamentan que no pueden volver a estudiar, porque necesitaran cinco años para graduarse y quizás para entonces ya tendrán sobre 40 años o a lo mejor sobre 45. A todos los que así piensen, no puedo dejar de preguntarles: ¿Qué edad tendrá dentro de cinco años si ahora no reanudas tus estudios y no té gradúas?. Alguien que ingrese a estudiar a los 39 años tendrá 45 cuando este en condiciones de ejercer, pero si consideramos una esperanza de vida de 81 años, tendrá por delante 34 fructíferos años para realizar un gran aporte a la sociedad y a sí mismo.

El verdadero enemigo es el Miedo.

El miedo erosiona nuestra autoestima, corrompe nuestra confianza, y con el tiempo nos convence de que somos unos verdaderos perdedores. Mientras nos dejemos dominar por el miedo, nunca nos atreveremos a triunfar.

Podemos superar y vencer el miedo, siempre que comprendamos que su origen esta dentro de nosotros, nunca en otros, las circunstancias o en el mundo exterior que nos rodea. Solo esta adentro, en nosotros.

“Solo debemos tener miedo al miedo mismo” (Franklin Delano Roosevelt.)
“Enfréntate a tus miedos y podrás hacerlos desaparecer”. (Napoleón Hill.)

Cuando comprendes que las excusas carecen de valor podrás empezar a actuar. Cuando vemos que el verdadero problema son nuestros miedos inconscientes, y nunca una circunstancia externa, entonces podemos tomar las riendas de nosotros mismos y de nuestras vidas. Y, una vez que asumimos el control, podemos ser, hacer y tener lo que queramos.

Todos queremos desarrollarnos plenamente y convertirnos en todo lo mejor que podamos. Todos queremos gozar de abundancia y prosperidad. Todos queremos ser realmente alguien en la vida. Todos queremos ser sanos y felices. Todos queremos relaciones profundas y gratificantes. Todos queremos amor, alegría, dicha y satisfacción. Todos queremos lo mejor de todo. Yo sé que eso es lo que queremos y sé que eso es lo que tu también quieres. ¡El milagro radica en que todos podemos tenerlos!. Lo único que necesitamos es vencer nuestros miedos y atrevernos a perseguir nuestros sueños, objetivos e ilusiones.

Atreverse a triunfar puede ser algo instantáneo, que sucede de una sola vez, o puede ser el resultado de un esfuerzo acumulativo a lo largo del tiempo. Desconozco que necesitas para superar tus miedos personales, lo único que se, es que: si que puedes hacerlo.

Mi objetivo especifico en mi experiencia y terapias es ayudar a crear un entorno en el cual los pensamientos y creencias sirvan para dar ese paso adelante. Desconozco hoy si te atreverás a triunfar dos minutos mas tarde o en dos horas mas, o dos semanas después.

¡Pero se que puedes hacerlo!. En este momento quizás es imposible, porque no lo crees, basta conque creas que yo creo que puedes. Todos podemos hacer casi cualquier cosa si no violamos las leyes divinas ni los derechos de otros seres humanos.

Saludos fraternales en la luz del amor



lunes, 17 de noviembre de 2014

Evidencia Científica Prueba Que Pensamientos E Intenciones Pueden Alterar Físicamente Lo Que Nos Rodea




Dr. Masaru Emoto, un investigador y sanador Japonés ha dado al mundo una gran cantidad de evidencia de la magia del pensamiento positivo.

Se hizo famoso cuando sus experimentos con moléculas de agua aparecieron en la película de 2004, ¿Y tú qué sabes? demostrando que los pensamientos humanos e intenciones pueden alterar la realidad física, tales como la estructura molecular del agua. Dado que los seres humanos están compuestos por al menos un 60% de agua, su descubrimiento tiene profundas implicaciones ¿alguien puede realmente permitirse el lujo de tener pensamientos o intenciones negativas?

El experimento del arroz es otra famosa manifestación del poder de los pensamientos negativos, y la inversa, el poder del pensamiento positivo.

El Dr. Emoto puso porciones de arroz cocido en dos contenedores. En un recipiente, escribió “Gracias” y por otro “Eres un tonto”. Luego instruyó a los niños de la escuela repetir las etiquetas de los frascos en voz alta todos los días cuando pasaran por en frente. Después de 30 días, el arroz en el recipiente con pensamientos positivos apenas había cambiado, mientras que el otro estaba mohoso y podrido.

¿Es esto una prueba de que la conciencia y la intención puede afectar “físicamente” el mundo material que nos rodea? Si es así, ¿cuáles son las implicaciones de esto?





Aunque no lo creeré hasta terminar mi experimento de arroz y ver los cambios frente a mis propios ojos, es interesante que nos muestren algunas cosas de manera diferente y nos hagan pensar.


Fuente
http://www.upsocl.com/ciencia-y-tecnologia/evidencia-cientifica-prueba-que-pensamientos-e-intenciones-pueden-alterar-fisicamente-lo-que-nos-rodea/#

16 Razones para Hacer el Amor Hoy!

 
 
Estresado, cargado de problemas y con el temor de que tu salud está disminuyendo; hacer el amor es la respuesta a la felicidad, longevidad y un cuerpo sano.
 
¿Estas en desacuerdo?
 
Bueno, aquí hay una lista de los beneficios que trae la sexualidad para nuestra salud. Estas son 16 razones para Hacer el Amor hoy!
 
1. Quítate el estrés
Hacer el amor ayuda a reducir el estrés. Durante la relación sexual el cuerpo produce la dopamina, una sustancia que combate las hormonas del estrés; las endorfinas, también conocidas como “hormonas de la felicidad”; y la oxitocina, una hormona secretada por la glándula pituitaria que aumenta el deseo. En un estudio, publicado en la Public Library of Science, tres investigadores de la neurociencia a cabo una prueba en ratas macho y encontraron que las ratas sexualmente activas eran menos ansiosas que los ratones sin actividad sexual.
 
2. Gran forma de ejercicio
Hacer el amor es una forma de actividad física. Durante el acto, los cambios fisiológicos en el cuerpo son homologables a una sesión de ejercicios. Debe haber notado las alzas en las tasas respiratorias, lo que significa que usted se cansa. Por tanto quema calorías. Si tiene relaciones sexuales tres veces por semana durante 15 minutos, aunque sin duda puedes hacerlo mejor que eso, quemas unas 7.500 calorías en un año. Eso es el equivalente a correr 120 kilómetros.
 
3. Disminuye la presión arterial alta
Hacer el amor puede mejorar la presión arterial, ya que reduce la presión arterial diastólica, es decir, el número de abajo en la lectura de la presión arterial. Investigadores de la Universidad de Paisley realizaron un experimento y llegaron a la conclusión de que nuestra sexualidad mejora la presión arterial.
 
4. Fortalece el sistema inmunológico
¿Luchando contra un resfriado? Hacer el Amor es la respuesta para combatir los problemas de salud y otros. la sexualidad puede aumentar la inmunidad. La inmunoglobulina A, es un antígeno que combate la gripe cuando se aumenta la frecuencia del acto sexual.
 
5. Hace verse más joven
Hacer el amor tres veces a la semana puede hacerte lucir 10 años más joven, afirma un investigador escocés. “Es bueno para usted tener buen sexo”, dice David Weeks, neuropsicólogo clínico en el Hospital Real de Edimburgo, cuyo estudio sobre los efectos del sexo sobre el envejecimiento aparece en su libro “Secrets of the Superyoung”.
 
6. Corazón sano
hacer el amor ayuda a quemar calorías, pero también puede mejorar el corazón. El sexo se hará cargo de los accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos, sólo tienes que disfrutar del momento.
Científicos del Instituto de Investigación de Nueva Inglaterra examinaron el efecto del sexo sobre el corazón. El estudio concluyó que los hombres son un 45 por ciento menos propensos a experimentar enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, el estudio no pudo analizar el efecto del sexo en el corazón de una mujer.
 
7. El alivio del dolor
El placer es la forma de superar el dolor. ¿Experimenta migrañas y dolor corporal? Buen sexo es la respuesta. Sin embargo, si usted experimenta dolor de espalda, lo mejor es consultar a un médico.
El Dr. George E. Erlich, un especialista en la artritis de Filadelfia (EE.UU) realizó un estudio sobre la relación entre la artritis y el sexo. El especialista indica que los pacientes que participan en relaciones sexuales experimentan menos dolor.
 
8. Genera confianza e intimidad
En el clímax del acto sexual se genera la hormona oxitocina, ésta es la responsable de tu felicidad y el amor. Si sientes que tu relación se está cayendo, hay desconfianza o tu estas preocupado de que tu pareja va a alejarse, entonces el sexo va a disipar estas dudas. La hormona oxitocina genera mayor confianza.
 
9. Menos posibilidades de cáncer
La eyaculación regular reduce tus probabilidades de desarrollar cáncer de próstata. Un estudio australiano sobre hombres que habían eyaculado 21 veces al mes, estableció que eran menos propensos a desarrollar cáncer. Está investigación está respaldada por otras, que afirman que las relaciones sexuales reducen el riesgo de cáncer de próstata.
 
10. Músculos pélvicos fuertes
Hacer el Amor implica el uso de varios músculos. Las relaciones sexuales regulares pueden ayudar a desarrollar músculos pélvicos fuertes, por ejemplo. Además, puesto que el acto sexual implica el uso de una serie de músculos, también los ayuda a fortalecer. Por ejemplo, desarrolla el cuádriceps; el más voluminoso de todo el cuerpo humano. Es el que soporta nuestro peso y nos permite andar, caminar, sentarnos y correr. Por medio de las relaciones sexuales regulares, también puede mantener una vejiga fuerte y normalizar la función intestinal.
Músculos fuertes, quemador de calorías, mejora la salud del corazón, el sexo parece cuidar de ti.
 
11. Protección de próstata
La mayor parte del semen es secretado por la glándula prostática. Si se detiene la eyaculación, el líquido se queda en la glándula, lo que tiende a hincharse causando un montón de problemas. La eyaculación regular lava los fluidos y garantiza el bienestar de la próstata hasta la vejez.
 
12. Induce el sueño
Después de ese gran entrenamiento están obligados a obtener un buen sueño. ¿Adivinen qué? El sexo funciona de la misma manera que el ejercicio. El aumento del ritmo cardíaco conduce a una mayor relajación post-coital. ¡Haer el Amor podría ser la cura para los que padecen insomnio! Lo que realmente sucede es:
- El sexo puede relajarle, por lo tanto, si usted ya está cansado el acto sexual va a inducir el sueño.
- Cuando los hombres eyaculan se vuelven letárgicos, esto puede hacer que les dé sueño.
 
 13. Períodos regulares
Al parecer, el sexo puede mejorar el ciclo menstrual. El sexo regula las hormonas, que a su vez regulan el ciclo menstrual. El sexo reduce el estrés, que es una de las razones por la que las mujeres pierden o alteran sus períodos. El sexo parece ser una opción mejor que las pastillas.
 
14. Previene la disfunción eréctil
El 50% de los hombres mayores de 40 sufren de disfunción eréctil y los jóvenes temen el momento en que no serán capaces de hacerlo más. La mejor medicina contra la impotencia es: "Hacer el Amor.. La erección mantiene la sangre que fluye por las arterias del pene, por lo que el tejido se conserva saludable. Además, los médicos comparan una erección a un reflejo deportivo: cuanto más se entrena, más veces es capaz de realizarse.
 
15. Vivir más tiempo
Más salud del corazón, músculos más fuertes, aumento de la circulación de oxígeno y la felicidad son algunos de los factores que dan vida a los años y como resultado: más años de tu vida.
Un estudio publicado en el British Medical Journal revela que los hombres que practican sexo a menudo viven el doble de los que rara vez tienen alguna acción.
 
16. Semen saludable
Si usted está tratando de concebir, puedes aumentar el volumen de semen al tener relaciones sexuales con regularidad. Además, el sexo habitual reemplaza viejos espermatozoides desde los testículos. Si hay una acumulación de espermatozoides, esto puede producir daños en el ADN.
 

domingo, 16 de noviembre de 2014

Proceso y Terapia de Manejo y Liberacion de Emociones

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Parece que los surcos por los que solemos discurrir se van haciendo más profundos con el tiempo, hasta que tenemos la sensación de que estamos atrapados y sin escapatoria. Pero, esto puede ser diferente. Existe una salida: “Soltar”

Una de las muchas maneras que tenemos de generar desencanto, infelicidad y juicios equivocados es aferrándonos a pensamientos y sentimientos que nos limitan. No es que el «aferrarse» sea inadecuado en sí mismo. Es algo perfectamente apropiado en muchas situaciones. Como por ejemplo, ni se me ocurriría aconsejar que sueltes y dejes de aferrarte al volante del auto que vas conduciendo, o a la escalera por la que ahora subes, evidentemente, las consecuencias serían desastrosas. Pero ¿te has aferrado alguna vez a un punto de vista que no te convenía? ¿Te has aferrado a una emoción pese a que no pudieras hacer nada para satisfacerla, enderezarla o cambiar la situación que parecía provocarla? ¿Te has aferrado a la tensión o la ansiedad una vez pasado ya el hecho inicial que las produjo?

¿Qué es entonces lo contrario de Aferrarse?

Obviamente «soltarse», por supuesto. Tanto el aferrarse como el soltarse forman parte del proceso natural de nuestra vida. Esta idea fundamental es la base del Método de liberación de Emociones. Quienquiera que seas, y donde sea que estas leyendo este articulo, te asegurar que ya estas experimentado a menudo el soltarte, muchas veces sin ser consciente de que así estaba ocurriendo, e incluso sin que aprendieras el proceso.

Soltar, o Liberar, es una capacidad natural con la que todos nacemos, pero cuyo uso se nos va condicionando a medida que vamos creciendo, desarrollándonos, o nos hacemos mayores. Donde la mayoría nos quedamos estancados es en el hecho de que desconocemos cuándo corresponde soltarse y cuándo aferrarnos. Y entonces muchos optamos erróneamente por lo segundo, a menudo en nuestro propio perjuicio. Hay unos pocos sinónimos de aferrarse y soltarse que probablemente esclarecerán bastante este punto: cerrar y abrir, por ejemplo. Cuando lanzamos o tiramos una piedra, hay que mantener la mano cerrada a su alrededor durante buena parte inicial del ejercicio y del movimiento que hace el brazo. Pero si mantenemos cerrada y apretada la mano y NO soltamos la piedra en el momento adecuado, ésta jamás llegará donde queríamos que llegara. Hasta podríamos hacernos daño.

Otros sinónimos son contracción y expansión. Para poder respirar, contraemos los pulmones para obligar a que el aire inhalado salga, y luego los expandimos, para llenarlos de nuevo. No nos podemos limitar a inspirar; para completar el proceso respiratorio también tenemos que espirar.
Tensar y relajar los músculos es otro ejemplo. Si no pudiéramos hacer ambas cosas, nuestros músculos no funcionarían correctamente, ya que muchos de ellos lo hacen en pares opuestos.
Es interesante señalar el componente emocional del aferrarse y el soltarse, y el grado en que nuestros sentimientos afectan a nuestro cuerpo. ¿Te has percatado que cuando estamos incomodos, disgustados, muchas veces aguantamos la respiración? En el proceso de respirar, si uno se aferra a emociones no resueltas, se puede inhibir tanto la inspiración como la exhalación. La mayoría de nosotros también mantenemos una tensión residual en los músculos, que nos impide a menudo relajarnos completamente. Una vez más, son las emociones no resueltas o reprimidas las que constituyen la base de esta restricción.

Pero ¿por qué nos estancamos? Cuando reprimimos nuestras emociones, en vez de permitirnos experimentar plenamente nuestros sentimientos en el momento en que aparecen, aquéllas persisten, permanecen y nos incomodan. Al evitar nuestras emociones, impedimos que fluyan a través de nosotros mismos, transformándose o disolviéndose, y esto finalmente parece muy inadecuado.

Represión y expresión

¿Has visto alguna vez a un niño pequeño caerse y luego mirar a su alrededor para ver si hay razón para sentirse incomodo o avergonzado? Cuando los niños creen que nadie les  ha visto, en un instante se sueltan, se sacuden el polvo y actúan como si nada hubiera ocurrido. El mismo niño, en una situación similar, al ver la oportunidad de atraer la atención, puede romper a llorar y correr a los brazos de su madre o padre. ¿O has visto alguna vez a un niño enfurecerse con un compañero o con sus propios padres, e incluso decir algo como «te odio, cállate y no te hablaré nunca más», y luego, al cabo de pocos minutos, el niño siente y se comporta como si nada hubiese pasado?

La mayoría de nosotros hemos perdimos esta capacidad tan natural de liberar nuestras emociones; porque, aunque de niños lo hacíamos de forma fluida, natural y sin control consciente, nuestros padres, maestros, amigos y la sociedad en su conjunto de condiciones, o condicionamientos nos enseñaron a reprimirnos a medida que íbamos creciendo. Cada vez que se nos decía «NO», que nos comportáramos, que nos sentáramos en silencio, que dejáramos de avergonzarnos, que «los chicos no lloran» o que «las chicas nunca se enojan», y que maduráramos y fuéramos responsables, aprendíamos a reprimir nuestras emociones básicas. Además, se nos consideraba adultos cuando llegábamos al punto de saber reprimir nuestra euforia natural para la vida y todos los sentimientos que los demás nos hicieron creer que eran inaceptables. Nos hicimos más responsables ante las expectativas de los demás, pero inadecuados y alienados para las necesidades de nuestro propio bienestar emocional. Se han dado cuenta que en nuestras sociedades en los dos primeros años de vida del niño, todos los que rodean a un niño intentan que ande y hable, y en los dieciocho años siguientes, todos intentan que se siente y se calle.

Cualquier emoción que llegue a la consciencia y no se suelta, inmediatamente se almacena en una parte de la mente llamada "subconsciente". En gran medida reprimimos nuestras emociones escapando de ellas. Apartamos de ellas la atención lo suficiente para poder conseguir que retrocedan. Seguramente habrás oído lo de que «el tiempo todo lo cura». Para mi eso es algo discutible. Para la mayoría de nosotros inconscientemente, lo que realmente significa es: «Dame el tiempo suficiente y podré reprimir cualquier cosa».

Realmente escapamos de nuestras emociones al ver la televisión, cuando vamos al cine, conducimos, cuando consumimos fármacos recetados o no, cuando hacemos deporte y cuando nos entregamos a toda una serie de actividades pensadas para que nos ayuden a alejar la atención de nuestra circunstancia emocional durante el tiempo suficiente para poder situarlo de nuevo en segundo plano. Estoy seguro de que estarás de acuerdo en que la mayor parte de las actividades de esta lista no son inadecuadas en sí mismas. Ocurre simplemente que tendemos a buscar esas actividades o a tomar esas sustancias en exceso, hasta que finalmente perdemos el control. Las utilizamos para compensar nuestra incapacidad de abordar realmente nuestros conflictos emocionales internos. La huida excesiva está tan impuesta en nuestra cultura que ha dado origen a muchas industrias florecientes.

En el momento en que se nos etiqueta como adultos, sabemos reprimirnos tan bien que el hecho de reprimirnos se convierte en una segunda naturaleza la mayor parte del tiempo. Llegamos a saber hacerlo tan bien o mejor que antes, cuando en un principio sabíamos soltarnos. De hecho, hemos reprimido tanta de nuestra energía emocional que todos somos como pequeñas bombas de relojería. Muchas veces, ni siquiera sabemos que hemos reprimido nuestras auténticas reacciones emocionales hasta que ya es demasiado tarde: nuestro cuerpo da señales de dolencias relacionadas con el estrés, nos encogemos, se nos hace un nudo en el estómago, o explotamos y decimos o hacemos algo que luego lamentamos.

La represión es uno de los lados de la oscilación de este péndulo que es lo que normalmente hacemos con nuestras emociones. El otro lado es la expresión. Si estamos enojados o molestos, gritamos; si estamos tristes, o melancólicos; lloramos. Ponemos nuestra emoción en acción. Hemos soltado un poco de vapor de esa olla a presión emocional interior, pero aun no hemos apagado el fuego. Muchas veces, uno se siente mejor así que con la represión, sobre todo si hemos bloqueado nuestra capacidad de expresión. Solemos sentirnos mejor después; sin embargo, también la expresión tiene sus inconvenientes.

La buena terapia normalmente se basa en ayudar a establecer contacto con nuestras emociones, reconocerlas, expresarlas y ventilarlas. Y sin duda que unas relaciones sanas y duraderas no podrían sobrevivir sin expresar con claridad lo que sentimos. Pero ¿qué ocurre cuando nos expresamos de forma inadecuada en situaciones ajenas a la terapia? ¿Qué pasa con los sentimientos de la persona a quien acabamos de expresarnos? La expresión inapropiada a menudo puede llevar a un mayor desacuerdo y conflicto, y a una mutua intensificación de las emociones, cuyo control podemos perder. Ni la represión ni la expresión representan ningún problema en sí mismas. Simplemente son dos extremos diferentes del mismo espectro que delimita nuestra forma habitual de abordar las emociones. El problema surge cuando vemos que somos incapaces de controlarnos si reprimimos o expresamos, y muchas veces nos encontramos haciendo lo contrario de lo que pretendíamos. Es muy frecuente que nos quedemos atascados en un extremo del espectro o en el otro. Es en esos momentos cuando necesitamos encontrar la libertad para soltarnos o soltar.

La tercera alternativa: liberar

El punto de equilibrio y la alternativa natural a la represión y la expresión inadecuadas es la liberación, o el soltar —lo que llamamos Método de Liberación y Manejo de Emociones. Es el equivalente a bajar la intensidad del calor y empezar a vaciar de manera segura el contenido de nuestra olla a presión interior. Debido a que todo sentimiento reprimido intenta salir a la superficie, liberar es solo detener momentáneamente la acción interna de mantener cerrados esos sentimientos y dejar que afloren, y ya verás con qué facilidad lo hacen con la fuerza de su propio vapor.

Cuando uses la Liberación y Manejo de Emociones descubrirás que eres capaz de expresarte libre y asertivamente en el momento adecuado, y te darás cuenta que con mayor frecuencia optarás por el punto de equilibrio, la tercera opción del soltar. Es algo que ya sabes cómo hacer.

¿Has perdido alguna vez las llaves y pusiste la casa patas arriba, para luego encontrarlas en el bolsillo, o ahí mismo donde estas? Piensa en la última vez que esto te ocurrió. Seguramente mientras revolvías toda la casa iba aumentando tu tensión, y quizá, si estabas lo bastante desesperado, llegaste a vaciar los tarros de la basura. No dejabas de darle vueltas a la cabeza, pensando dónde podrías haberte dejado las llaves. Y luego, casi cuando ya ibas a rendirte, pusiste la mano en el bolsillo y diste un suspiro de alivio mientras la tensión y la ansiedad se desvanecían al ver que ya tenías las llaves. Después de llamarte todo lo que se le puede llamar a una persona, seguramente tu mente se quedó en calma, se te relajaron los hombros, y quizá sentiste que una ola de alivio te recorría todo el cuerpo. Es otro ejemplo de cómo liberas ya en estos momentos.

Al ir perfeccionando el uso que hagas del proceso, verás que eres capaz de lograr este punto de comprensión y relajación, incluso en cuestiones que vienen de antes y a cuya resolución has dedicado buena parte de tu vida. Descubrirás que las respuestas llevaban mucho tiempo en tu interior. A veces se produce una liberación espontánea en medio de una discusión. Piensa en alguna ocasión en que discutieras acaloradamente con alguna persona que te importe, cuando ocurrió lo siguiente: estabas casi obsesionado, completamente seguro de tener razón y de que tu postura estaba mas que justificada, y de repente cruzaste la mirada con la de la otra persona, sin pretenderlo miraste en lo más profundo de su ser, conectaste con ella a ese nivel que la convierte en alguien especial para ti por su propia forma de ser. En ese instante, algo se relajó en tu interior y tu postura dejó de parecerte correcta. Quizá llegaste a contemplar el conflicto desde la perspectiva de la otra persona. Tal vez te detuviste un momento para reconsiderar la situación, y luego encontraste una solución fácil y beneficiosa para ambos. Cuando domines las ideas de este método, aprenderás a ver algo más que tu propio punto de vista, lo cual te liberará de todo tipo de conflictos, incluso de algunos que tal vez hayas olvidado que los tienes.

El proceso de la liberación

Si repasas tu vida, seguramente recordarás muchos casos en que te liberaste. Por lo general, nos liberamos, soltamos o nos soltamos, por accidente o cuando nos vemos acorralados, sin otra alternativa. A medida que te centres en despertar de nuevo y fortalecer esta capacidad natural que anida en tu interior mediante la práctica del proceso, sabrás someter a tu control consciente el proceso de liberación y convertirlo en una opción viable en tu vida cotidiana, incluso en días como el descrito anteriormente.


Hay tres formas de abordar el proceso de liberación, y todas llevan al mismo resultado:

La primera manera es decidir liberarse de un sentimiento no deseado.

La segunda, aceptar el sentimiento y dejar que la emoción simplemente exista.

La tercera es sumergirse en el propio núcleo de la emoción.

Permíteme que, para explicarme, te pida que participes en un sencillo ejercicio:

Toma un lápiz, o algún objeto pequeño que estuvieras dispuesto a tirar sin pensarlo dos veces. Ahora, póntelo delante y sujétalo con fuerza. Simula que es uno de tus sentimientos limitadores y que tu mano representa tu voluntad o tu conciencia. Si sujetaras el objeto el tiempo suficiente, empezaría a parecerte incómodo, aunque familiar. Ahora, abre la mano y haz que ruede por ella ese objeto. Observa que eres tú quien se aferra a él; el lápiz esta libre uno está y nunca estuvo p
egado a tu mano. Lo mismo ocurre con tus sentimientos. Están tan pegados a ti como ese objeto lo está a tu mano. Muchas veces creemos que un sentimiento se aferra a nosotros. Y realmente es diferente… siempre tenemos el control, lo que ocurre es que lo desconocemos. Ahora, suelta ese objeto. ¿Qué ha ocurrido? Soltaste el objeto y éste se cayó al suelo. ¿Fue algo difícil? Claro que no. A esto nos referimos al hablar de «soltar».

Puedes hacer lo mismo con cualquier sentimiento: decidir soltarlo. Siguiendo con esta misma analogía: si fueras andando con la mano abierta, ¿no sería difícil aferrarte al lapiz o a otro objeto que sostuvieras? Pues, del mismo modo, cuando permites o aceptas un sentimiento, estás abriendo tu conciencia, y esto permite que el sentimiento se caiga por sí mismo —como las nubes que cruzan el cielo o el humo que asciende por la chimenea con el tiro abierto. Es como si quitaras la tapa de una olla a presión.

Si ahora tomaras el mismo objeto —un lápiz, un bolígrafo o una piedrecita— y lo ampliaras lo suficiente, se parecería cada vez más a un espacio vacío. Verías los intersticios entre las moléculas y los átomos. Cuando te sumerjas en el mismo núcleo de un sentimiento, observarás un fenómeno similar: en realidad ahí nada hay. Cuando vayas dominando el proceso de la liberación, descubrirás que hasta tus sentimientos más profundos sólo están en la superficie. En el núcleo estás vacío, en silencio y en paz, y sin el dolor y la oscuridad que muchos suponemos. De hecho, incluso nuestros sentimientos más extremos carecen de más sustancia que una pompa de jabón. Y ya sabes qué ocurre cuando tocas con el dedo esa pompa de jabón: estalla. Esto exactamente es lo que pasa cuando te sumerges en el núcleo de un sentimiento.

Por favor, recuerda estos tres ejemplos mientras avanzamos juntos por el proceso de la liberación. Soltarte te ayudará a librarte de todos tus patrones de conducta, pensamiento y sentimiento no deseados. Lo único que se te pide es que estés lo más abierto que puedas al proceso. La liberación te dejará libre para acceder a un pensamiento más claro, pero no se trata de un proceso de reflexión.

Aunque te ayudará a acceder a una mayor creatividad, no necesitas ser especialmente creativo para ser eficiente en ese proceso. Cuanto más te dediques a ver, oír y sentir el funcionamiento del proceso de liberación, en vez de pensar en cómo y por qué funciona, mejor provecho sacarás de él. Déjate llevar todo lo que puedas por el corazón, nunca por la cabeza. Si te encuentras algo atascado en tus intentos de comprenderlo, puedes recurrir al mismo proceso para liberarte de «querer comprenderlo». Te aseguro que, a medida que trabajes con este proceso, lo irás entendiendo mejor con la experiencia directa de seguirlo. Así pues, ¡vamos! Decide soltar”.